Carlos Luna volvió a marcar entrando desde el banco de
suplentes, esta vez por duplicado, y así se coloca en la punta de la tabla de
goleadores. El Chino se ha
transformado en un amuleto de Ramón, y de a poco, comienza a pedir pista: “Quiero
darle al grupo mucho más de lo que entregué el semestre pasado”
No tuvo un buen primer semestre. Su poca participación tanto
en el arco rival como en la cancha, hizo que las ilusiones de contar con el
goleador del último torneo desaparezcan rápidamente. Es cierto, era el mismo,
pero distinto. ¿Cómo? Sí, era Carlos Luna. El goleador del Torneo Clausura
2012. Pero era otro, no era ese Chino goleador
que con sus constantes movimientos terminaba de volver loca a una defensa y
quedar a disposición para marcar.
Jugó menos de un tiempo, en lo que va del Torneo Final. Es,
quizás, la apuesta silenciosa de Ramón Díaz para los goleadores. Mientras todos
discuten (discutimos) sobre Trezeguet o Funes Mori, Ramón nunca se olvida de
Luna. Y ayer, cuando todos creíamos que el indicado para ingresar era el
Mellizo, Ramón apostó por Chino.
Se entendió la idea de quitar Trezeguet para evitar la
tentación del centro eterno desde cualquier sector del terreno de juego. El
ingreso de Luna podría otorgarle al equipo la variante de tocar un poco y
llegar con pelota dominada al área de Tigre. Paradojas del fútbol, los dos
goles del Chino vinieron de dos
centros.
El promedio de Carlos Luna, en éste Torneo Final, es
impactante. Un gol, cada seis minutos. Son 17, los minutos totales en los que
participó el Chino. Los suficientes
como para marcarle a Belgrano y liquidar el encuentro; como para, por
duplicado, amargar a su ex club.
El Chino, de a poco, pide pista… y Ramón lo tiene en cuenta.
0 comentarios:
Publicar un comentario