lunes, 25 de febrero de 2013

River y un triunfo con personalidad

Luna ya cabeceó a gol para marcar el empate. (FOTO: Olé)


River caía 1-0 como local ante Tigre cuando faltaban cinco minutos; sin embargo, el equipo de Ramón no se rindió nunca y con dos goles de Luna se puso 2 a 1. Faltando un minuto, Iturbe aumentó la diferencia, aunque con el tiempo cumplido, Perez García descontó tras un penal de Bottinelli. Así, River sigue con puntaje ideal y puntero. La próxima, se viene San Lorenzo.

Antes de realizar cualquier comentario sobre el encuentro de anoche, y que la euforia del triunfo tape cualquier análisis objetivo, hay que decir una sola cosa: el de anoche, no fue el mejor partido del conjunto de Ramón Díaz. Al contrario, seguramente, los primeros 45 minutos iniciales, deben haber sido los peores desde que el Riojano se sentó nuevamente en el banco de suplentes Millonario.

Dicho esto, ahora sí. ¡¡CÓMO CAMBIÓ LA MENTALIDAD DE ÉSTE EQUIPO CON RAMÓN!! Un partido que tenía todo en contra, River lo supo sacar adelante. Se encontró en desventaja injustamente, y lejos de caerse, terminó levantándose. Pero, vayamos por partes.

En un primer tiempo duro, River jamás supo encontrar precisión en el juego. Desfigurados Leonardo Ponzio y Rodrigo Mora, ni Leonel Vangioni, ni Manuel Lanzini y mucho menos Carlos Sánchez terminaron de hacerse ejes del equipo. La presión de Tigre sobre la salida de River, generó una incomodidad difícil de superar.

A la vuelta del entretiempo, el equipo de Ramón salió decidido. Con otra actitud, empezó a superar a Tigre desde las bandas, especialmente la derecha. Jugando 30 metros más adelante, todo River comenzó a arrinconar a los de Gorosito. Sin embargo, en una escapada de Lucas Órban, González Pirez cruzó tarde y terminó cometiendo una falta cerca del área que derivó en el centro previo al gol de Donatti.

Como siempre, Bottinelli perdió la marca en el área, y el defensor de los de Victoria empalmó de manera perfecta el envío de Botta. Inatajable para Barovero, y desventaja por primera vez en el torneo.

La gran pregunta, luego del gol de Tigre, era cómo reaccionaría River. Los primeros 10 minutos tras el tanto visitante, fueron de tensión. El Millonario terminó de desordenarse y apresurarse para ir en busca de un empate que podría ser merecido. Allí, la visita aprovechó la locura del local y pudo haber sacado una ventaja aún mayor, de no ser por Marcelo Barovero.

Acá, es donde el gran ángel riverplatense comienza a hacer su trabajo. Ramón mandó a la cancha a Juan Iturbe por Lanzini, y a Ariel Rojas por Ledesma. A falta de fútbol, River creció en dinámica y comenzó a arrinconar a un rival que pedía a gritos que el tiempo pasara rápido. Sin embargo, la verdadera muñeca del DT se notó con el ingreso de Carlos Luna por David Trezeguet.

¿Por qué? Porque cambió el estilo. La presencia de Trezeguet, con el equipo en desventaja, era una invitación constante a tirarle centros para ver si podía mandar una al fondo del arco. El ingreso de Luna, le otorgó a River más juego asociado y más tranquilidad a la hora de tirar la pelota por arriba. El puente aéreo dejó de ser la alternativa número 1 para River, que intentó jugar por abajo y apostar por las asociaciones.

Pero el fútbol es mágico. Y Mora amagó una, dos y tres veces hasta que sacó un centro perfecto que encontró la cabeza de Luna, que con un perfecto movimiento, mandó la pelota al fondo de la red. ¿No era que River no jugaba por arriba con Luna? Siempre hay excepciones, claro…

El reloj marcaba 40 minutos del segundo tiempo cuando Luna marcó el empate, y 41 cuando empujó la pelota sobre la línea para el 2-1. River no escatimó esfuerzos, y tras empatar, salió a buscar el segundo con el mismo ímpetu. Un centro de Bottinelli quedó picando en el área, y Rodrigo Mora, atento, capturó el rebote para sentenciar a Albil. Tras un desvío y una amortiguación en el arquero, la pelota quedó rodando sobre la línea y cuando Lucas Órban se predisponía a reventarla, Carlos Luna la empujó sobre la línea para que el 2-1 suba al marcador.

River alcanzaba una victoria minutos antes impensada, pero merecida desde el rendimiento que mostró en la última media hora del segundo tiempo. Para el final, quedó una gran jugada de Juan Manuel Iturbe, que bajó con sutileza una pelota que parecía un ladrillo, dominó, amargó y encaró… y si de encarar se trata, a Iturbe lo pararán pocos. En tres segundos, sacó 5 metros de ventaja y entrando al área fusiló cruzado y raso al arquero del Matador de Victoria que poco pudo hacer. 3-1 y fiesta Monumental.

En el último instante del encuentro, una escapada de Cisterna se hizo incontenible para Mercado. El de Tigre se metió en el área y tras un amague colocó un centro atrás que dio de lleno en el brazo de Jonathan Bottinelli. Lunati, de dudoso arbitraje, señaló el punto del penal sin tiempo para nada más que la ejecución. El 10 de Tigre, Perez García, se hizo cargo del disparo y señaló el 3-2 para la estadística.

River se quedó con un triunfo merecido por su actitud, aunque dudoso por su fútbol. Ramón lo sabe, y por eso asumió responsabilidades al final del encuentro. Lejos de chapear con sus cambios, el DT reconoció un mal armado del equipo en el PT, algo que suma aún más que los cambios: la autocrítica.

River sigue invicto, puntero y con puntaje ideal. Y claro, River sigue ilusionando. Veremos para qué da. 

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