domingo, 2 de marzo de 2014

River fue River y venció a San Lorenzo como local



River venció como local a San Lorenzo, por 1-0 con gol de Teófilo Gutiérrez. El conjunto de Ramón Díaz fue claro merecedor de la victoria, y de no ser por la mala puntería para definir, podría haber goleado. La vuelta de la línea de 4, y un doble 5 de tenencia de balón, las claves para superar ampliamente al último campeón del fútbol argentino.

Era un partido trascendental para River. Las derrotas en las últimas dos jornadas, transformaban al choque contra San Lorenzo en una especie de final anticipada. La primera de un semestre que estará cargado de ellas, por cómo viene la mano. Las declaraciones en la semana, la especulación periodística y la intriga sobre el esquema táctico, habían cargado de expectativa al primer clásico del torneo.

El Millonario, como era de esperarse, salió a llevarse por delante a su rival. Con fútbol y actitud. Una línea de fondo en donde los laterales son volantes ofensivos, puede ser una buena descripción de lo que fue River en la primera etapa. Un equipo corto, punzante, asfixiante, veloz y hasta por momentos lujoso.

Muestra de ello, fue el gol. A los 21 de esa casi perfecta primera etapa. Un saque largo de Marcelo Barovero desde el arco, cayó en la cabeza de Carbonero quien peinó para Cavenaghi. El 9 en posición de 8 descargó nuevamente con el colombiano. El ex Arsenal realizó una pared con Ledesma, fue hasta el fondo, amagó, retrocedió, cedió para Cavenaghi, quien también toco ida y vuelta con el Lobo¸ y tras recibir nuevamente descargó con un taco magistral para Carbonero, que esperaba sólo como extremo. El portador de la camiseta número 7 sacó un centro en honor a su dorsal, para que Teófilo Gutiérrez rompa su maldita racha por torneos locales de 19 partidos sin convertir. Anticipo con su pie izquierdo a media altura y a guardar.


El tanto le otorgó tranquilidad al Millonario, quien siguió en búsqueda de un nuevo gol que cerrara el encuentro. El rival, por su parte, sentía el cansancio de la doble competencia y se veía superado en mitad de cancha, donde había colocado tres volantes centrales para intentar obstruir el juego riverplatense.

Dominador en todas las líneas, River pudo haber aumentado la diferencia desde los pies de Teófilo y de Manuel Lanzini. Sin embargo, la mala suerte y el palo en primera instancia, y una gran atajada de Torrico en otra, le negaron aquella posibilidad al equipo de Ramón.

El segundo tiempo mostró la misma imagen que el primero durante los minutos iniciales. River se mostraba entero, punzante y presionaba a un San Lorenzo sin tenencia de pelota y por ende, sin ideas ofensivas. Sin embargo, en aquel lapso, el Millonario no logró generar situaciones claras para liquidar el encuentro.

El ingreso de Leandro Romagnoli, incitó a San Lorenzo a arriesgar un poco más, y con el sufrimiento Millonario (totalmente innecesario, por el desarrollo del partido), llegaron las chances más nítidas de la segunda mitad. Primero, un mano a mano de Teófilo con Torrico, en el que el colombiano intentó gambetear al arquero visitante y se terminó diluyendo la chance. Luego, otra vez el delantero de la Selección Colombia tuvo el gol. Esta vez en su cabeza. Una gran escalada de Vangioni lo encontró en solitario adelante del punto del penal. Sin embargo, la resolución no fue la mejor y la pelota se fue por arriba.

Ya sobre el final, también lo tuvo Manuel Lanzini. Primero, tras una gran asistencia de Teo, en donde el 10 quedó mano a mano con Torrico y en vez de ceder hacia adentro donde ingresaba en solitario Carbonero, decidió patear con rabia al arco y se encontró con la buena reacción del 12 del CASLA. Luego, con un remate de media distancia tras un gran pivoteo de Menseguez, quien le bajó un pelotazo en la puerta del área, para que Lanzini tomará el balón y sacara un latigazo que se fue por arriba del travesaño.

El sufrimiento innecesario, se dio a través de algunas jugadas de pelota parada. San Lorenzo se arrimó bastante más con el ingreso de Romagnoli y de sus pies nacieron jugadas que derivaron en córners o tiros libres. Las dos más claras para el Cuervo se dieron por tiros de esquina. El primero, a los 34 de la segunda etapa, en donde Kannemann bajó una pelota en el primer palo y Valdés ingresó en solitario por el segundo. El central colombiano la tiró hacia el medio para que Blandi la mandara hacia el fondo de la red con un Barovero ya vencido, y allí aparecieron el esfuerzo de Vangioni y Solari, quienes salvaron sobre la raya lo que parecía el empate del Ciclón. La segunda, fue un buen cabezazo de Gentiletti que retuvo Barovero, llegando al final del encuentro.

El triunfo le otorgó aire a River, pero también le entregó certezas. Certezas de que se puede ser protagonista, ofensivo y jugar bien, aún en un fútbol en el que se lucha más de lo que se juega. River no es menos que nadie, al menos así se lo mostró hoy al campeón del último torneo. Veremos, si logra demostrárselo al fútbol en general, con regularidad. 

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