lunes, 27 de mayo de 2013

River: Argumentos para discutir


Editorial de Cultura Riverplatense sobre el triunfo del conjunto Millonario ante Atlético de Rafaela por 3 a 0, en el Estadio Monumental de Núñez, escrita por Lucas S. Nicolaevsky.

Llegando a la recta final del campeonato, quienes aún mantienen la ilusión de gritar campeón, comienzan a poner todas sus cartas arriba de la mesa. Citando éste Torneo Final 2013, encontramos tres equipos que parecen posicionarse como LOS candidatos a llevarse el título. Vemos a Lanús, que está dentro del pelotón por su gran arranque y por mantenerse 15 fechas invicto; obviamente está Newell’s, por su identidad de juego, por su sacrificio e inteligencia para disputar dos torneos al mismo tiempo, lo que lo ha llevado a transformarse en el mejor equipo argentino de éste semestre. Y aparece River. Ahora, más firme que nunca. Segundo, con serias intenciones de pegar el batacazo con la vuelta de Ramón Díaz.

Hasta no hace mucho tiempo, el único argumento serio de River para demostrar por qué podía ganar el torneo, era su DT, y algunos flecos de sus jugadores que nadaban en la irregularidad, jugando un partido 9 puntos, otro 5, y al siguiente 7. Pero ayer… ayer fue la reconfirmación. ¿Reconfirmación de qué? De la levantada de River.

Desde el triunfo ante Racing, en Avellaneda, por la fecha 8 del torneo que se está disputando, River comenzó a tejer su identidad. De a poquito, con irregularidad, pero siempre con la misma intención. Posesión de pelota, laterales que pasan al ataque, el volante central como eje del equipo, y verticalidad de tres cuartos de cancha en adelante. Poco pase filtrado, mucha tenencia de pelota. 

Lo aplicó a la perfección ante el ya mencionado Racing, y también ante All Boys. Le costó contra B*ca y Godoy Cruz, y cumplió ante Quilmes, Arsenal y Unión aunque pecó de inocencia y terminó dejando ir 6 puntos, culpa de la desconcentración y la falta de efectividad de cara al arco contrario.

Sin embargo, lo de ayer, está en otro escalón. Ayer River cumplió en todo. No era un rival sencillo Atlético de Rafaela. Invicto hasta la fecha pasada, el conjunto de Jorge Burruchaga se había transformado en un equipo duro de roer, un conjunto que a través de la prolijidad, la garra y, a veces, el buen juego, había cumplido su objetivo con bastante antelación y soñaba con meterse en alguna discusión un poco más grande.
 
El Millonario, vale la pena aclararlo antes de ahondar un poco más, no fue el Barcelona. Sin embargo, terminó de acentuar una identidad propia. River, hoy, sabe a lo que juega. Repitió la idea en los últimos siete partidos, a veces con éxito y otras tantas sin él. Pero es más que valorable. River pasó de ser un equipo que tenía como única idea el desborde y el centro para el 9, a transformarse en uno que tiene paciencia, que intenta llegar a través del toque corto y la asociación. Que también apuesta al desborde, claro, aunque de 3 pelotas, lo hace en 1.

Vitales para que la idea de Ramón vaya en aumento, son Cristian Ledesma y Manuel Lanzini. Principalmente, el primero. Lobo se transformó en el dueño y señor del mediocampo Riverplatense. Él es quién indica por dónde y a qué ritmo atacará River en la próxima acción. Es Ledesma quien abre la cancha o quien filtra para Lanzini. Es Ledesma quien traslada hasta formar un triángulo con el 10 y Ariel Rojas para toquetear, cortito y rápido, intentado romper alguna estructura defensiva. Es Ledesma el capitán del juego.

Y es Ledesma quien encontró a sus socios ideales. Los dos mencionados en el párrafo anterior. Pero, quien escribe, prefiere centrarse especialmente en Manuel Lanzini. El 10. El enganche que tiene poco de conductor pero mucho de quilombero.

Con la presión de calzar la camiseta más pesada del fútbol argentino teniendo 20 años, Lanzini ha madurado desde la llegada de Ramón Díaz. El DT lo bancó pese a un mal comienzo de torneo y le devolvió la titularidad justamente ante Racing. Y desde allí, el 10 fue creciendo. Siempre con irregularidad, pero creciendo.

Fue eje ante Racing, manejó bastante la pelota ante Arsenal aunque no fue desequilibrante, le pasó lo mismo ante Godoy Cruz, donde convirtió de penal, mejoró muchísimo ante Quilmes, hizo el gol en cancha de B*ca y tuvo un gran primer tiempo aunque decayó en el segundo, volvió a marcar ante All Boys, partido en cual volvió a tener un grato rendimiento, tuvo un flojo desempeño en el primer tiempo ante Unión aunque fue uno de los mejores en la segunda etapa. Y ayer, apareció desde los 10 minutos de partido para jugar 35 minutos a un nivel altísimo, gambeteando, tocando y perdiendo muy pocas pelotas. 35 minutos porque River no se propuso lastimar durante todo el segundo tiempo.

Son Ledesma, Lanzini, Rojas, Vangioni e Iturbe los argumentos que tiene River para luchar el campeonato de aquí hasta el final. Por lo que generan juntos, y por lo que generan individualmente. Con Lobo, Manu y Ariel como ejes del toque, con el mismo Manu junto a Iturbe y Vangioni como las sorpresas verticales, de tres cuartos de cancha en adelante, y con el sacrificio de Ledesma y el ya mencionado Vangioni. Uno, recuperando todo lo que pasa por mitad de cancha, y el otro, yendo y viniendo como quien tiene 4 pulmones.

A ellos se les suma el resto del equipo. Siempre al ritmo de Ledesma para atacar, y siempre al ritmo de Vangioni para retroceder. "Cuando la tenemos, tocamos" parece ser el mensaje del capitán. Y vaya si así lo adopta el equipo. Desde Barovero, pasando por los centrales, se intenta llevar a cabo el toque corto adornado de la paciencia siempre necesaria. A la hora de recuperar, luchamos y corremos a todos hasta que el peligro haya desaparecido. Esto último se cumple un poco menos, pero se cumple. Por algo, River mantuvo su valla invicta en 2 de los últimos 3 partidos, casi sin sufrir, a excepción del tenebroso primer tiempo en Santa Fe. 

River ha mejorado. River ha crecido. River tiene con qué ilusionarse. El Millonario está segundo, y en crecimiento. La lucha es dura. Pase lo que pase entresemana, a partir del próximo fin de semana, Newell’s sólo disputará el Torneo Final. Los tres puntos son una buena ventaja para los Rosarinos cuando quedan 12 en juego. Sin embargo, la ilusión de pegar el batacazo en la recta final, a éste River no se la quita nadie. ¿Sólo ilusión? Pues, digamos que sí. Una ilusión basada en argumentos que van más allá de Ramón Díaz, aunque sea éste el principal responsable de que ellos existan.

Veremos que indica el final del Torneo ídem. Sin embargo, el reconocimiento ya está hecho. El Pelado ya le dio su estilo al equipo, resta seguir puliéndolo para que la famosa frase “Lo mejor está por venir” pueda ser un fiel reflejo de la realidad. 

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