lunes, 27 de mayo de 2013

River ganó, gustó, goleó y quedó segundo



El Millonario fue una aplanadora ante Atlético de Rafaela y lo goleó por 3-0, en el Estadio Monumental. Leonel Vangioni, Eduardo Domínguez en contra y Carlos Luna, fueron los autores de los goles, todo en el primer tiempo. El equipo de Ramón manejó los hilos de todo el encuentro, fue muy superior, superó a Lanús en la tabla de posiciones y se ilusiona con campeonar.

“Queremos un equipo que ataque todo el tiempo, no importa si queda desequilibrado porque yo quiero atacar” había expresado Ramón Díaz en la semana, justificando el esquema utilizado para el choque de ayer ante Atlético de Rafaela. Y vaya si cumplió.

River fue una aplanadora. No lo demostró en los primeros 6 minutos, donde no pateó al arco, pero sí lo demostró en los 84 restantes. Uno de los sectores claves en donde se iba a ganar el encuentro, era en el mediocampo. Perderlo, significaría para River complicarse el partido. Ramón mentalizó a los suyos para que, pese a la inferioridad numérica en aquel sector (2 volantes contra 4 de Rafaela), todas las pelotas sean del local. En el minuto 7, Leonel Vangioni recordó las palabras de su entrenador, y fiel a lo que demuestra en cancha domingo tras domingo, luchó, recuperó y se proyectó.

El ex Newell’s anticipó a Carrera en la mitad de la cancha y avanzó con el arco de Sara en la cabeza. Se proyectó, bajó la velocidad, levantó la cabeza, no vio a nadie, se arrimó un poquito más y sacó un sablazo bárbaro que resultó inatajable para el arquero visitante. Gol, ventaja rápida y tranquilidad para River.



Con el tanto, la relajación no tardó en llegar, pero a diferencia de otras oportunidades, ésta fue positiva. Positiva porque River parece haber aprendido a jugar con la ventaja. Lejos de retroceder, siguió atacando y asfixiando a su rival. Decidió cuidar la pelota cuando la tenía en su poder, hacer la famosa medialuna del toque, del sector derecho hacia el izquierdo y viceversa, pero todo con toques cortos.

De Mercado a Ledesma, de éste para Rojas y del ex Godoy Cruz para Vangioni. Si se puede seguir avanzando, lo harán, y si no la pelota tomará exactamente el mismo camino por el que viene, pasando desde el ex Newell’s hasta llegar a Mercado o Iturbe, por el sector derecho. También puede aparecer Lanzini, para meter alguna gambeta que deje a un par de rivales por el camino y acelerar la jugada; sin embargo, el desarrollo anterior podría definirse como la identidad de este River.

El buen trato de pelota le permitió seguir llegando hasta las costas del área de Rafaela, aunque con pocos remates al arco. De hecho, el segundo tanto, se transformó en el segundo disparo al arco… sin serlo directamente. ¿Cómo? Vangioni realizó un lateral que encontró a Funes Mori adentro del área. El Mellizo dominó (con la panza y su brazo) y descargó para Ariel Rojas, que se proyectaba pegado a la línea izquierda del área grande. El ex Godoy Cruz recibió y sacó un latigazo paralelo al arco en forma de buscapié. Y el buscapié encontró una rodilla. Se trató de la derecha de Eduardo Domínguez, que en su afán de despejar, terminó mandando la pelota al fondo de la red.



Letal. Dos ataques profundos, dos goles. Era imposible analizar hasta el momento el desarrollo de River. Es decir, en 14 minutos, el conjunto de Ramón no había brillado como para sacar dos goles de ventaja, aunque se imponía en el desarrollo, no había llegado al auge de arrollar a su rival a través de su planteo. Cosa que si comenzó a hacer tras el segundo tanto.

Al juego y la prolijidad, River comenzó a agregarle vértigo y por ende, peligro constante para el arco de Sara. Desde los pies de Manu Lanzini y del Lobo Ledesma, River fue una maquinita, y a través del toque corto, la gambeta y la velocidad del 10 y de Juan Iturbe, terminó de complicarle la vida a un Atlético de Rafaela que tenía ganas de tomarse el primer micro que vaya a su ciudad, a sabiendas de que el partido ya estaba liquidado.

Generó chances de gol, como un cabezazo de Funes Mori que besó el palo, tras una gran jugada colectiva, o algún rebote que cazó Luna y mandó por las nubes tras otra grata jugada en equipo.

El tercero estaba al caer, y cayó. Y lo hizo un delantero. Mejor dicho, un centro-delantero. Carlos Luna. El Chino cabeceó un gran centro de Juancito Iturbe, que había desbordado de manera perfecta a Machín tras recibir la pelota de Lanzini, luego de toqueteo entre éste, Ledesma y Rojas. Vale destacar también el anticipo de Luna a Fontanini, en el borde del área chica para impactar el cabezazo y sentenciar la jugada.



3-0 en 30 minutos. Si hacía falta una muestra de personalidad para pelear el campeonato hasta el final, River la estaba dando. Posesión, siempre posesión. Presión ofensiva y mucha, muchísima gente en ataque. Tanta, que en los 15 minutos finales de la primera etapa, el cuarto gol pudo haber caído en más de alguna aproximación. Otro rebote que pescó Luna, quien quiso colocarla con su pierna izquierda al palo más alejado de Sara y terminó tirándola a la tribuna. Un remate lejano de Iturbe. También un centro que Funes Mori intentó bajar para el ingreso de alguien, y ese alguien nunca apareció. Fueron varias.

El complemento, estuvo de más. Liquidado en el primer tiempo, River salió a jugar con la cabeza puesta en el choque del próximo domingo ante Argentinos Juniors. La idea de mantener la pelota, salió a la perfección, sobre todo a través del eje de Ledesma. Bottinelli y Maidana se cansaron de tocarla entre ellos y para los laterales, y el Millonario esperó que pasasen los minutos de una historia juzgada. Pudo haber aumentado la ventaja tras una escapada de Rodrigo Mora, quien ingresó por Iturbe, que contuvo bien Sara. También pudo haber sufrido la caída de su valla, sin embargo apareció el siempre seguro Barovero y le tapó un buen mano a mano a Albertengo, quien le había ganado la posición a un Maidana que lo sujetó de la camiseta hasta que el delantero definió.

Con la presión de ganar sí o sí, y siendo consciente del resultado de Lanús, River se sacó de encima un partido que en la previa parecía más complicado. Además de sacarse un problema de encima, River se calzó la chapa de candidato nuevamente, y esta vez, con más ilusión que nunca. El equipo de Ramón, fue como nunca el equipo de éste. Con su sello. Con el sello de River. Con las 3G como objetivo constante. River ganó, gustó y goleó. River ganó, gustó y goleo y está segundo. River ganó, gustó y goleó, pero principalmente, ilusionó. 

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