River cayó derrotado 1-0 ante Estudiantes de Buenos Aires
por la primera ronda de la Copa Argentina y se quedó afuera de la competencia
que lo depositaba –en caso de campeonar- en la Copa Libertadores de América. El
gol del equipo de Caseros lo hizo Pablo Ruiz tras una mala salida desde el
fondo, comandada por Jonathan Bottinelli.
Era la oportunidad de presentarse y resurgir. Esa era la
idea inicial que tenía el 11 que eligió Ramón para superar a Estudiantes de
Buenos Aires, quien actualmente está tercero en la B Metropolitana, detrás de
los punteros Villa San Carlos y Atlanta. En Catamarca, River Plate se
presentaba con la obligación de ganar para no verse sumergido en otro papelón
histórico.
Así quedó demostrado en los primeros quince minutos, donde
River impuso su ritmo, apuró al rival y pegó dos tiros en los palos a través de
Rodrigo Mora. Ezequiel Cirigliano se hacía dueño del mediocampo, y encontraba a
Mauro Díaz que se mostraba bastante inquieto y movedizo.
Todo un espejismo, ya que tras esos 20 minutos, el equipo de
Ramón se opacó. El esquema, no favoreció para la situación y volvió a mostrar a
un Bottinelli incomodísimo como stopper por izquierda. Para colmo, Diego
Martínez no es Leonel Vangioni y el ida y vuelta le costó muchísimo.
La falta de conexión entre la línea del medio tanto con la
defensa como la delantera, le permitió crecer en demasía a Estudiantes que pasó
a controlar el juego sin la pelota constantemente en su poder, pero a través de
la triangulación y el desborde por las bandas (lejos del “poderío de pelota
parada” que denunció Ramón en la previa) cuando esto sucedía.
De esta manera, no fue una sorpresa que el conjunto
albinegro abriese el marcador en el minuto 34. Bottinelli regaló un lateral, y
desde allí surgió una triangulación entre Yassagna, Figueroa y Ruíz, que derivó
en un gran remate de éste último que no pudo retener Leandro Chichizola.
Tras el tanto, River se descalibró aún más, y pudo sufrir
una segunda caída en su valla, de no ser por el palo derecho de Chichizola, que
rechazó un anticipo de Figueroa tras una nueva dormida de Bottinelli en el
inicio de la acción.
En el segundo tiempo, Estudiantes se limitó a cuidar la
ventaja y le plantó un cerrojo defensivo a River que, escaso de ideas, nunca
pudo romper. Ramón hizo ingresar a Nicolás Gómez y cambió el esquema a un
4-3-1-2. Tras ello, probó con el ingreso de Mercado por Espíndola López y de
Tomás Martínez por Mauro Díaz. Todo fue insuficiente. River no generó mayor
peligro, a excepción de un cabezazo inerrable del Chino Luna que terminó afuera.
Un cachetazo inesperado, que servirá para que varios vuelvan
a tener los pies en el piso, y para sacar conclusiones a futuro: hay demasiados
que tuvieron demasiadas chances y ya demostraron no estar a la altura de la
camiseta de River.




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