lunes, 4 de febrero de 2013

Adoptamos un León

Ponzio y la camiseta de River. Comienzan a ser sinónimos. 

El subcapitán Leonardo Ponzio renovará su contrato con River hasta mediados del 2016 y se encamina a retirarse con la camiseta del más grande. Un Leon adoptado que se ganó el cariño de todos los Millonarios.

Leonardo Ponzio no tenía sangre Millonaria. Su corazón no tenía fondo blanco, ni le cruzaba una banda roja. No creció en la pensión del Monumental. Tampoco soñó de chico que toda la popular de River le dedicara una canción. En su cabeza estaba Newell’s, el verdadero club de sus amores.

Sin embargo, un día de 2007, su carrera de futbolista profesional le permitió pisar River. Y allí sí, sintió algo por ese club que le abría las puertas. El mito viviente le hacía un hueco para que él, recientemente emigrado a Zaragoza, pudiera volver a su país natal a vestir los colores del más grande.

Se fue por la vergüenza que le generaba haber salido último. Había sido el mejor de ese plantel, ¿pero qué importaba? La mancha, no se la borraba más. Último y con River. “Es lo peor que te puede pasar en éste club” comentó a fines de 2008. Claro, en su cabeza (a la altura de River) ni aparecía la posibilidad de un descenso. Era inimaginable.

Pero cuando lo impensado sucedió, él volvió. Las papas quemaban. El segundo puesto de la B Nacional hacia fines del 2011, hacía que River salga al mercado de pases de verano en busca de jerarquía para retornar rápidamente al lugar del que nunca debió haberse ido. Y ahí estaba él. Con su melena al viento. Aceptando volver. Aceptando los reproches y los murmullos por su bajo rendimiento en el verano y los primeros dos partidos de la temporada oficial. Trabajó, mejoró y se convirtió en una pieza clave para Matías Almeyda.

Y nos ganó. Nos ganó el cariño. El corazón. Con su entrega, demostró siempre serle leal a River dentro y fuera de la cancha. Se transformó junto a David Trezeguet en la voz madura de un grupo lleno de pubertad. Referente y (sub)capitán, su juego dentro de la cancha siguió en aumento hasta transformarlo en el mejor mediocampista del fútbol argentino.

Es por eso que la actual dirigencia del club, al observar su rendimiento, el interés de varios equipos europeos, el cariño de la gente hacia él y sobre todo, el ejemplo en el que se ha transformado para los más chicos; le ofreció prolongar su contrato por un año y medio más. Su vínculo, que vencía a fines del 2014 ahora será extenso hasta mediados de 2016. 

Hoy, Leo Ponzio es vital para éste River. Hoy, de aquel Leo Ponzio hincha de Newell’s queda poco. Nos hace un gesto. Lo adoptamos. Es nuestro. Hoy, puede que nazca un ídolo. Cuando venza su (nuevo) contrato, León tendrá 35 años. Habrá jugados 6 años y medio con la camiseta de River. Ojala que en sus vitrinas tenga más para mostrar que la, hasta hoy solitaria, medalla del Clausura 2008. Allí, veremos si la posibilidad que plantea quien escribe aquí arriba se ha hecho realidad. Mientras tanto, los hinchas agradecen. El mejor jugador de la Argentina, seguirá vistiendo de riverplatense por mucho tiempo más. 

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