lunes, 14 de abril de 2014

Un triunfo que sirve para seguir prendido


El equipo de Ramón venció por 2 a 0 a Atlético de Rafaela con goles de Carlos Carbonero y Teófilo Gutiérrez en El Monumental y quedó como único escolta de Estudiantes de La Plata, a solo 1 punto y con el aliciente de cruzarlo el próximo miércoles en el Ciudad de La Plata. Si bien no tuvo su mejor partido, River justificó su victoria con algunas situaciones claras de gol y el dominio del encuentro.

Luego de caer en Córdoba ante Belgrano, y de la victoria de Estudiantes –el día sábado- ante Quilmes, River se presentaba en El Monumental para recibir a Atlético de Rafaela en un partido en el que solo se le iba a aceptar una victoria para seguir en la pelea caliente por el campeonato.

Cuesta explicar que un equipo que ganó su partido por 2 a 0, errando un penal, y desperdiciando tres situaciones claras de gol adentro del área chica, no haya jugado un gran partido. Y eso, es lo que sucedió con River. ¿Mereció ganar? Sí, claro. ¿Sufrió? Bastante más de lo que indicaba el trámite del encuentro.

El primer tiempo, resume un poco lo que fue el Millonario. Dominó el encuentro, insinuando desde el principio, aunque sufriendo cuando tenía que retroceder, como los dos tiros en los palos que sufrió. Erró goles claros, a través de Teófilo primero en una no tan clara, y de manera insólita con Carbonero y Cavenaghi, con más culpa por parte del Colombiano ya que su definición “era más fácil”. Sufrió cuando lo atacaron, con un remate lejano de Rodales que dio en el palo, y un desvío de Bastia que también chocó con el caño, rebotó en Barovero para volver a dar con el poste y salir hacia el medio del área, donde esperaba Vera que se topó con la reacción del 1 riverplatense.

“Estamos bien, falta meterla nomás, ¡vamos!”. El grito, fue de Teo Gutiérrez en la arenga pos finalización del primer tiempo. En el complemento, River cumplió. Con un Fabbro más metido en el partido, con más participación de Teo y un poco más de empuje de Augusto Solari, el Millonario logró abrir el partido. ¿Cómo? A través de una pelota parada. Una aventura de Vangioni por el carril izquierdo terminó en un doble o triple amague que derivó en un centro que fue bloqueado y enviado al córner por parte de la defensa santafesina. Desde ese córner, vino la magistral pegada de Fabbro, una peinada de Cavenaghi, un rebote de Conte y la precisa aparición de Carbonero para enviar la pelota al fondo de la red.

El gol tranquilizó a la gente, y metió al partido en el freezer. Rafaela amagó con salir un poco de su campo, sin embargo jamás logró llevarle peligro a Barovero. Y fue justamente el 1, quien sacó la modorra de domingo en el momento en que pidió el cambio. Luego de anticipar un centro del equipo visitante, el ex arquero de Vélez sintió un pinchazo y automáticamente pidió su reemplazo. Con el ingreso de Chichizola, las dudas crecieron –lógico, como cada vez que ingresa un arquero suplente- y Rafaela pudo aprovechar el momento. Primero, un pase arriesgado de Fabbro para atrás fue interceptado por el juvenil arquero, quien paró el balón de pecho e intentó reventar, aunque pifió y luego tuvo que enviar el balón a un costado con la cabeza.

Luego, una escapada de un volante visitante por la banda derecha de la defensa Millonaria, una salida un tanto atolondrada por parte de Chichizola y un centro al medio que no encontró ningún receptor y fue despejado por Pezzella.

Luego de esos 2 sofocones, vino la tranquilidad. Un pelotazo largo fue bajado por Cavenaghi para Teo Gutiérrez. El 29 amagó y pasó hasta el fondo para quedar mano a mano con el arquero de Rafaela. Lo eludió y cuando se predisponía a definir, recibió un tacle por parte del portero visitante. Penal y expulsión. Si bien la pena máxima no se transformó en gol porque el envío de Cavenaghi dio en el travesaño, River pareció controlar el encuentro definitivamente a partir de ese momento.

Y sobre los 40 minutos, lo liquidó en el marcador. Una buena jugada colectiva derivó en un pifie de Kranevitter que quedó en poder de Carbonero. El colombiano envió un centro pasado que murió en el pecho de Teófilo, quien como crack bajó la pelota y definió sin darle chance al arquero, clavándola en el ángulo. Gol y chau partido.

Para el final, solo hubo tiempo para una desafortunada declaración de Ramón Díaz, quien agradeció a Los Borrachos del Tablón “por contagiar a la gente con su aliento”. Luego, el DT se rectificó por radio aduciendo que se había querido referir a la gente de la popular y no a la barrabrava particularmente.


Como sea, River quedó a 1 punto de la cima del campeonato, que está en poder de Estudiantes de La Plata. Justo el Pincha, será el próximo rival, el día miércoles, en el Ciudad de La Plata. Allí, River tendrá la oportunidad de ganar y quedar como único líder por primera vez en el torneo. ¿Se le dará? 

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