El equipo de Ramón perdió por 1-2 en su visita a Belgrano
con una grandísima polémica sobre el final del encuentro que le permitió al
conjunto cordobés obtener un segundo gol ilegítimo y hacerse con la victoria.
El gol Millonario fue de Teófilo Gutiérrez, quien junto a Maidana, fue de lo
mejorcito de un tibio River.
Tres victorias consecutivas eran el prólogo de la visita de
River a Belgrano, en Córdoba. Un rival complicado, que explota los defectos del
rival, era el único escollo entre el equipo de Ramón Díaz y la punta del
campeonato en solitario. El Belgrano de Ricardo Zielinski, que llegaba inmerso
en una racha negativa de 6 sin ganar, y sin triunfos ante su gente, como local.
Nuevamente, el Millonario se topaba con un encuentro
complicado respecto a las condiciones meteorológicas. El campo de juego del Mario
Alberto Kempes resistió desde el minuto 1, es cierto, pero hizo notar que en él
se había disputado un partido profesional 24 horas antes y que había sido regado naturalmente por el clima durante
48 horas.
Como se preveía, el conjunto de Ramón se topó con un partido
incómodo. Belgrano lo dejaba salir desde el fondo, aunque cuando la pelota
llegaba hasta la zona de creación, le cerraba todas las puertas. Una buena
asociación de Rojas y Teófilo, que terminó en un impreciso centro atrás del colombiano
que fue rechazado a córner, fue el único peligro que generó River en los
primeros 15 de juego.
Belgrano tampoco es que hizo méritos como para conseguir la
ventaja que se le dio al minuto 13. Presionaba bien en su propio campo aunque
tenía muchos errores en las transiciones defensa/ataque/defensa. De hecho, en
el momento en el que consiguió el gol, su entrenador Zielinski estaba más
preocupado por el retroceso de su equipo que por ver cómo hacerle daño a River.
El gol del Pirata cordobés
llegó tras una mala descarga atrás de Teo Gutiérrez que le permitió a Belgrano
atacar la zona del ausente Gabriel Mercado (había pasado al ataque cuando
recibió Teo) con tres jugadores. Rápidamente, el lateral izquierdo Juan Quiroga
se posicionó por la banda izquierda y envió un centro preciso a la cabeza de
Velázquez que esperaba en el medio de Maidana y Balanta que cubrían en zona.
Rápidamente, el Millonario asumió el golpe. No es que fue
como loco al ataque, pero decidió bajar la pelota al piso e intentar imponer su
marca. Ledesma, fue vital para ello. Justamente, de esa marca, surgió el rápido
empate. Una pelota que era de Mercado, fue para Ledesma, el Lobo cedió para
Lanzini y este para Cabonero, que decidió a apostar a la pared con Manu. El 10
recibió y, de primera, sacó un pase largo para el pique de Teófilo Gutiérrez,
habilitado por Pier Barrios. El colombiano se fue mano a mano con un dubitativo
Olave que lejos de anticiparse al pique, dejó que el 29 riverplatense se
llevara la pelota de cara a gol y definiera ante el cierre desesperado de un
defensor de Belgrano.
El 1-1 le entregó tranquilidad a River, pero también
fortaleza mental. De allí, hasta la salida de Ledesma por lesión, el equipo de
Ramón Díaz fue mejor que su rival, aunque careció de sorpresa en ataque para
conseguir la ventaja. Lo tuvo luego de un gran pase de Carbonero para
Cavenaghi, que remató y se topó con Olave.
Tras la salida del Lobo
y el ingreso de Matías Kranevitter, River perdió un poco de claridad, aunque
no cambió mucho el escenario del encuentro. Belgrano se replegaba bien atrás
mientras que intentaba salir rápido de contra y complicar a los defensores del
Millonario.
River acusó cansancio en los minutos finales del primer
tiempo y tras el descanso, mostró otra actitud en referencia al primer tiempo.
Si en la etapa inicial había adquirido todo el protagonismo, en el complemento,
el Millonario se dosificó. Apostó a que Belgrano saliera más, urgido por su
necesidad de ganar, e intentó llevarse el triunfo con triangulaciones rápidas
que siempre tenían como protagonistas a Lanzini y Teófilo Gutiérrez.
Merodeando la media hora del encuentro, el equipo de Ramón
ya mostraba total conformismo con el empate. De hecho, el sorpresivo ingreso de
Menseguez por Cavenaghi y no de Villalva, también hablaba de otro punto que
mostraba la conformidad del DT: el Rayo es más lento que Keko, por ende,
apuesta menos a sacar un contragolpe. Menseguez, es claramente más alto que
Villalva y en la faceta defensiva podía dar una mano también en el aspecto
aéreo.
A los 40 minutos, cuando parecía que el encuentro se moría
en igualdad, una escalada del pibe Zelarayán comenzó a arruinarle la noche al
equipo de Ramón. Lejos de pararlo, el jugador cordobés se escurrió por el
sector de Vangioni y sacó un remate rasante de cara al arco. Parecía fácil,
pero Barovero se complicó solo. La lluvia, el campo mojado, los guantes y un
error en el movimiento del brazo. Todo eso hizo que la pelota se levantara por
encima de su cuerpo y vaya camino al arco. Después, Echenique hizo lo suyo.
Convalidó un gol por su cuenta, sin el OK de su asistente cuando la pelota no
había ingresado en su totalidad.
No quedaban ni tiempo ni piernas para que River pudiese
remontar el encuentro y conseguir esa unidad que le permitía subirse a la
punta. Un nuevo error individual, privó al equipo de Ramón de conseguir el
primer puesto. ¿Lo bueno? No se modificó nada, quedó a 1 de la cima del torneo.
¿Lo malo? Ante Rafaela, estarán ausentes Lanzini, Maidana y Ledesma, tres de
los jugadores más importantes del equipo.
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