Editorial sentimental del delicioso triunfo Superclásico. El
Millonario logró una histórica victoria que le permite prenderse de lleno en el
campeonato, quedando a sólo una unidad de la punta. ¿Se podrá dar?
Fueron 11 leones, como pidió D’Onofrio en la previa. Fueron
leyenda, como rogaba el video motivacional de la previa. River ganó con
autoridad en La B*ca luego de 10 años de sequía, y se prendió en la verdadera
lucha por el campeonato, quedando a solo 1 punto de la cima que mantiene Colón.
Es cierto que de nada servirá este histórico triunfo si el
próximo miércoles no se le gana a Newell’s. Al menos, no en las matemáticas del
torneo. Sí en las estadísticas, en lo emocional y en el gaste por los próximos
6 meses de cara al próximo Superclásico oficial. Pero, ¿qué importa ahora? En
este lunes tan particular, el mundo riverplatense se levanta contento. Con una
sonrisa. Con la más placenteras de las sonrisas.
Se levanta con una mueca de felicidad por haber tenido 11
tipos que interpretaron como pocos lo que era el Superclásico de ayer. Esboza
felicidad porque existió un Ledesma, que tuvo –y disculpe usted la expresión-
unos huevos gigantes, no solo para comer tobillos a lo largo y ancho de la
cancha, sino también para tocar, para jugar, para dar el toque Riverplatense.
Está contento, porque tuvo un Lanzini que le hizo honor al
número de su camiseta y se vistió de enganche de River, como el verdadero
enganche de River. Grita de alegría por saber que le ganó al rival de toda la vida
con una notable actuación de Barovero. Se muestra seguro porque hay pibes como
Balanta o Funes Mori que no carecen de personalidad en las grandes citas, por
más errores que haya que corregir.
En síntesis, el hincha de River ve un lunes totalmente
positivo. Tiene confianza de cara a lo que viene. El Millonario quedó a 1 punto
del líder Colón, y sabe que este mismo miércoles puede subirse a la punta del
campeonato si vence a Newell’s. También es consciente que para salir campeón,
hay que mejorar un montón de cosas.
Sin embargo, cuesta analizar este encuentro desde otro lugar
que no sea el mental, el anímico. ¿Qué mayor obstáculo que jugar en La
Bombonera sin hinchas visitantes? ¿Qué mayor obstáculo que ir ganando en esa
Bombonera y que te empaten faltando 20 minutos, con todo lo que hizo implica?
Cuesta imaginarlo. Este equipo sacó un triunfo en el peor de los escenarios.
Quizá, de casualidad; aunque futbolísticamente tenga argumentos para gritar ‘merecimos
ganar’.
Ya se acerca el martes. Se empieza a enfriar la cabeza.
Mientras tanto, el último brindis. Con energías suficientes para afrontar lo que
viene. Si se cortó la racha de 10 años sin ganar en la cancha de ellos, la
racha de partidos sin triunfar de visitante, ¿por qué no cortar la racha de no
salir campeones?
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