El equipo de Ramón Díaz obtuvo un valioso pero deslucido
triunfo como local, ante Arsenal, tras derrotarlo por 1 a 0. El Millonario encontró
el triunfo tras un penal dudoso que Fernando Cavenaghi canjeó por gol. La figura
del encuentro, fue Matías Kranevitter que retornó a la titularidad luego de dos
encuentros.
Arsenal siempre es chivo. Duro, compacto, laborioso y
trabajador de la pelota parada, se ha convertido en el símbolo de lo que es hoy
el fútbol argentino. River llegaba al Monumental luego de haber igualado ante
Tigre y con la obligación de conseguir tres puntos que lo catapultasen a la
lucha por el campeonato.
Como era de esperar, el conjunto de Gustavo Alfaro salió a
presionar a River en los sectores del campo donde, por lo general, lastima el
equipo de Ramón. Tapados Carbonero y Vangioni, con poca circulación entre Rojas
y Lanzini, el Millonario se encontró con un problema que le resultó difícil de
solucionar. Teófilo Gutiérrez y Cavenaghi terminaban demasiado aislados, y así,
las posibilidades de generar ocasiones de gol disminuían.
De hecho, no fue casual que las aproximaciones de River en
la etapa inicial se hayan dado por arremetidas individuales o por pelotas
paradas. ¿La más clara? Un gran cabezazo de Gabriel Mercado que atajó
fantásticamente Alejandro Limia. Después, poquito y nada. Alguna excursión de
Rojas por el andarivel izquierdo, y nada más.
Arsenal tampoco causó demasiado peligro sobre el arco de
Marcelo Barovero. Solo una buena jugada colectiva que terminó con un desvio en
la puerta del área chica que Sperdutti no pudo mandar adentro del arco y
terminó con la pelota en la tribuna.
En la segunda mitad, se vio un River un poco más incisivo. Con
más actitud, fue al frente con determinación para obtener un tanto que le
permitiese alcanzar el triunfo. Los desbordes de Vangioni, aumentaron en
número. Cavenaghi y Gutiérrez entraron en más contacto con la pelota y
Kranevitter pareció adueñarse de la mitad del campo. Si a eso le sumamos que
Arsenal comenzó a sentir el desgaste por la doble competencia, la conclusión es
un River muchos metros más adelante y con alguna que otra posibilidad de gol.
Tras un gran pie a pie de Ariel Rojas, que culminó en un
preciso centro del ex Godoy Cruz al segundo palo, Teófilo Gutiérrez se perdió
un gol de esos que un delantero de River no se puede perder. Solo por el
segundo palo, conectó de primera el envío de Rojas, sin embargo su disparo
salió muy elevado del travesaño.
River siguió yendo e insistiendo. A los 14 del ST, River
intentó recuperar la memoria y ser el que venció a San Lorenzo. Teófilo
Gutiérrez y Carlos Carbonero trocaron posiciones. Teo tomó la pelota como 8,
amagó y cedió en Carbonero, quien cercano al área devolvió de primera para que Lanzini
–parado como enganche- intentara conducir el ataque. El 10 primero quiso
filtrar para Cavenaghi, sin embargo se topó con una pierna de un defensor de
Arsenal. La pelota volvió a su poder y ésta vez decidió conectar con Rojas,
quien abrió para Vangioni, ya en posición de extremo ofensivo. El ex Newell’s
descargó en Cavenaghi, quien pivoteó de forma brillante y devolvió una gran
pared para el lateral/volante que prosiguió con su escalada y recibió un cruce antirreglamentario
por parte de un defensor de la visita ingresando al área.
Y he aquí, todas las dudas. Contacto, hay. Eso está claro.
Pero… ¿En qué parte? ¿Adentro o afuera del área? Para quién escribe, la pierna
derecha de Vangioni ya está en la línea cuando recibe el cruce del rival, por
lo cual termina estando bien sancionada la falta; sin embargo, no es una
certeza absoluta.
Poco le importó a Cavenaghi, quien acomodó la pelota en el
punto del penal y ejecutó la pena máxima. Asegurando. Arriba, ni muy fuerte ni
muy despacio, al medio. Inatajable para un arquero que decide moverse, tal fue
el caso de Limia.
La ventaja hizo que River cediera algunos metros con el fin
de que su rival saliera un poco del fondo buscando el empate, cosa que
finalmente terminó sucediendo. A excepción de un remate desde la puerta del
área, que pasó muy cerca del palo izquierdo de Barovero, Arsenal no le generó
peligro alguno al equipo de Ramón Díaz. Si logró manejarle la pelota, aunque
cayó en lo mismo que le sucedió frente a Quilmes: el pelotazo frontal para
buscar a sus torres de área. Problema rápidamente solucionado por el buen
rendimiento de los centrales riverplatenses en el día de la fecha.
Pudo haber aumentado el equipo de Ramón, es cierto. Sin
embargo, fue muy poco el peligro que generó en los últimos 30 minutos. Pocas
jugadas asociadas, que hubiesen resultado vitales para aprovechar los espacios
que dejaba Arsenal.
Lunati finalizó el partido, y River pudo obtener una
victoria vital en las expectativas de campeonar. Con el triunfo, el conjunto
Millonario escaló hasta la sexta posición, con 11 puntos, a sólo 3 unidades del
líder Colón. Nada mal para un equipo que aún no ha mostrado su mejor cara de
manera regular. Lo cierto, es que los dirigidos por Ramón Díaz culminaron una
semana con saldo positivo, ya que de 9 puntos en juego obtuvo 7.
Vital para los sueños de gritar campeón, será triunfar en la
cancha de All Boys el próximo domingo, a las 21:30. Como siempre, hay que
revalidar semana tras semana… porque esto es River.
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