lunes, 13 de mayo de 2013

River ganó merecidamente y se acercó a la punta del campeonato



El equipo de Ramón Díaz venció por 2 a 0 a All Boys con goles de Manuel Lanzini y Carlos Luna. Con el triunfo, River quedó a 3 unidades del puntero Newell’s, aunque tercero en el campeonato ya que Lanús se encuentra dos puntos arriba. Sin embargo, no todo fue dulce: desgarro de Balanta y suspensión de Ledesma.

No se aceptaba otro resultado que no fuese el triunfo. Con esa presión (que debería estar siempre), ingresó River al verde césped del Estadio Monumental para enfrentarse a All Boys. Tres empates consecutivos en condición de local, sumado al empate de Lanús y la posibilidad de quedar a tres unidades de la punta del campeonato, hacían del partido algo vital para las aspiraciones a ser campeón.

Los dirigidos por Ramón Díaz parecieron entender el mensaje de la gente. Posesión, presión –mucha presión-, gambetas, triangulación y situaciones, aunque con poca efectividad de cara al arco rival, fueron las impresiones que dejó River en ese primer tiempo. “Cuatro claras contabilicé” fue el comentario de este cronista a su compañero de cancha, en el entretiempo.

Eslalon de Juan Iturbe con habilitación a Gabriel Funes Mori, remate al primer palo de éste, atajada de Cambiasso con rebote largo, captura del mismo por parte de quien inició la jugada y bombazo por arriba del travesaño, la primera. Córner para River ejecutado por Lanzini, rechazado por Soto, pero pelota que le vuelve a caer al ejecutante quien redirecciona su centro hacia el primer palo, Maidana anticipa con un taco y Cambiasso captura en el primer palo cuando la pelota se encaminaba a ingresar para sentenciar un golazo, la segunda.

Eslalon de Iturbe, una vez más, gambeta, amague y bombazo que saca perfectamente el meta de All Boys, abajo, esquinado sobre el palo derecho. La tercera chance de gol. Y, por último, un buen centro de Gabriel Mercado que anticipó Rojas en el primer palo y pegó en el lado externo de la red, la cuarta chance de gol del equipo de Ramón en ese primer tiempo.

Si River fue superior en los primeros 30 minutos de la primera etapa, lo fue aún más tras la expulsión de Stefanatto. El Millonario supo aprovechar el hombre de más sobre el final de ese primer tiempo y, tras el cambio de Ramón Díaz, lo supo hacer mejor en el complemento.

El ingreso de Carlos Luna en lugar de Ariel Rojas le permitió a River jugar con un diamante ofensivo (Lanzini de enganche, Funes Mori por izquierda, Iturbe por derecha y Luna como centrodelantero) y dicha estrategia obligó a All Boys a abrirse y dejar espacios, que fueron bien aprovechados por River.

El mejor ejemplo, fue el primer gol. Lanzini encaró y cuando vio que se topaba con una pared defensiva de cuatro hombres, sacó la pelota para la derecha, Iturbe cambió de primera para la izquierda y Funes Mori cabeceó hacia el centro para que, quien inició la jugada, sentenciara a Cambiasso. Es decir, lo hizo ir de derecha a izquierda y de izquierda derecha hasta que un jugador propio quedase de cara al arco para marcar el primer tanto de la noche.

Los temores de siempre volvieron a aparecer con la ventaja. River se replegó para defender el 1-0, y si bien no sufrió situaciones claras de gol en contra, dejó que su rival creciese aun estando en desventaja numérica de jugadores dentro del campo de juego.

Lejos de aprovechar los espacios que All Boys dejaba yendo en búsqueda del empate, River mostró su peor cara en ofensiva. Careció de conducción clara y tomó decisiones desacertadas que no le permitieron generar peligro constante. Sin embargo, pese a todo, contó con dos chances claras de gol tras un dúo de desbordes del ingresado Rodrigo Mora que terminaron en centro atrás tanto para Luna como para Funes Mori, quienes reventaron sus definiciones sobre el pecho de Nicolás Cambiasso.

El sufrimiento por el simple hecho de tener un solo tanto de ventaja, desapareció sobre el minuto 93. Rodrigo Mora, tozudo como pocos, pasó entre dos hombres de All Boys tras trabar, trastabillar y casi caer, para quedar cara a cara con el portero visitante. Y cuando todos pensaban que el uruguayo iba a intentar quitarse la mufa, éste tocó hacia el centro donde ingresaba sin marca Luna, quien tras recibir el pase se arrojó al suelo y envió la pelota a gol.

El 2-0 le permitió al pueblo Millonario soltarse y comenzar a gritar con ganas y sin temores por su equipo. O por el equipo de Ramón. En realidad, son lo mismo. Con los cánticos, la ilusión de ser campeón se hizo más presente que nunca. River tuvo una grata actuación y se permitió reavivar la llama de la ilusión. A 3 puntos de la punta, con 6 encuentros por jugarse y con Ramón Díaz en el banco… nada parece imposible. 

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