Editorial de Cultura Riverplatense sobre el empate de River
ayer ante Vélez, en El Monumental. Un equipo que sabe de sus limitaciones y se
conformó con el empate ante el mejor del país.
Seguramente, cuando Ramón Díaz planificó el encuentro ante
Vélez, tuvo más en cuentas las virtudes del rival, que las propias. Aprendió –o
siempre supo- que jugarle a Vélez al golpe por golpe con éste equipo, podría
traer problemas. Lo mostró desde su planteo inicial, y lo terminó de aplicar 15
minutos después del inicio.
River salió a jugar agresivamente, con la intención de
demostrar que con éste esquema, no se estaba apostando más a lo defensivo que a
lo ofensivo. Le propuso jugar a Vélez un partido golpe por golpe desde la
velocidad, y si bien resultó parejo desde llegadas –una clara para cada uno y
otra aproximación-, terminó bajando la intensidad tras la notable atajada de
Marcelo Barovero abajo del arco ante Federico Insua.
Desde allí, jugó un partido inteligente. Apostando al
contragolpe, y cerrándole los caminos a un rival que maneja la pelota como los
dioses. No sufrió, ya que su rival solo tuvo una ocasión de gol, y pudo ganarlo
a través de alguna pelota parada o de una escalada de Sánchez sobre el final
del segundo tiempo.
Suena a poco, claro. Las intenciones de pelear el
campeonato, son paralelas a las sensaciones de inseguridad que causa el equipo
cuando se abre intentado acorralar a su rival. ¿Se puede pelear el campeonato
si tenes riesgo de gol en contra cada vez que un central tuyo tiene la pelota?
¿Es posible gritar campeón sin tener generación de juego?
Parece difícil. River deberá cambiar algunas cuestiones
básicas para intentar suplir la ausencia de un enganche –o generador- a través
del juego colectivo, y está claro que éste no se puede generar si desde abajo
se revolea a la pelota como un ladrillo. También está claro que jugando con un
doble 5 más defensivo que ofensivo, es necesario que los volantes externos
constantemente lleguen en diagonal al área dejando espacio para la subida de
los laterales; cosa que ayer sucedió poco, y las pocas veces que sucedió, se
hizo sobre la banda izquierda.
Otro punto que deberá mejorar River, es la contundencia. Si
tenes pocas llegadas de gol, o te cuesta generarlas, las pocas que tengas
tienen que terminar adentro. River tiene poco gol. Lo demostró en el primer
tiempo ante Colón, donde terminó 2-0 aunque la diferencia fue mayor o en
Rosario hace 15 días, cuando tuvo dos chances claras de gol y no concretó ninguna.
Vélez y Newell’s eran dos encuentros vitales para saber
dónde estaba parado éste River. La cosecha, fue magra. Un punto sobre seis, con
poco juego y cero gol. ¿Es determinante esto en la pelea por el campeonato? No.
Claro que no. Vélez, el torneo pasado, salió campeón perdiendo ante Newell’s,
B*ca y Lanús; tres equipos que le pelearon el campeonato en diversas partes del
mismo. Sin embargo, River sabe que el margen para subirse a la pelea, es poco.
El encuentro ante Racing será vital, y River deberá mostrar carácter,
actitud y fútbol para superar a un rival que se cierra bien atrás y que
aprovecha con contundencia las pocas situaciones de gol que genera. Comienza
una intensa semana de trabajo, en la que Ramón intentará aceitar un equipo con
limitaciones… pero con sueños.
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