domingo, 3 de febrero de 2013

Dos mil Treze: River, el dueño del verano

La Copa Banco Francés fue de River. (Foto: Olé)


En el último partido de la pretemporada de verano, River venció nuevamente a B*ca. Esta vez fue por 2 a 1 en Córdoba, con goles de Rodrigo Mora y David Trezeguet. El equipo de Ramón fue superior al Xeneize y se quedó con la Copa del Banco Francés.

Las miradas atónitas tras el gol de Erviti, no indicaban que River podría tener semejante reacción. Bottinelli sacado, Acevedo y Cirigliano borrados, Sánchez perdido, y Rojas tibio no eran el mejor combo para potenciar la idea de juego propuesta por Ramón Díaz. No había anticipo, tampoco tenencia; menos que menos había llegadas. River era una sombra.

Hubo un click. No sabe, éste cronista, la exactitud en que se dio ese click. Pero River fue otro. Sánchez pasó de ser vertical y confuso, a horizontal y tranquilo. Acevedo y Cirigliano comenzaron a tratar a la pelota con cariño, y Rojas empezó a ir, y a poner, y a jugar, irregularmente, pero con una movilidad que antes era inexistente. De repente, González Pirez le tomó el tiempo a Santiago Silva, y no lo dejó tocar una pelota. Bottinelli anticipó un par de veces a Juan Manuel Martínez y lo obligó a irse a la otra punta de la cancha, en donde terminó de desaparecer. River mejoró, y empezó a jugar.

El resultado de la mejora, fue el empate. Sánchez se encontró con una pelota por derecha, la dominó y cruzó toda la cancha paralelamente al arco. Casi llegando al lateral izquierdo, verticalizó para Rojas, quien no dio por perdida la pelota tras el cruce de Ledesma, y aprovechó el error de éste para quedar mano a mano con Agustín Orión. Cuando el remate al arco se hacía inminente, Rodrigo pegó el grito. Iba a ser suplente y pidió jugar. Y si pidió jugar, dénsela. Y si se la dan redonda y con peligro de gol… vayan a buscarla adentro. Rodrigo Mora, el uruguayo, una vez más, se ofreció por el medio para recibir un gran pase de Rojas y enviar al fondo de la red con la precisión de un cirujano una pelota que era más complicada de lo que parecía.

Con el empate, River se agrandó, B*ca se apichonó y la historia fue la de siempre. La pelota era del Millonario, que abría la cancha tanto por derecha como por izquierda, con Sánchez y Rojas respectivamente. Lanzini comenzaba a aparecer un poco más, aunque su juego no contenía mucha conducción y sí bastante desequilibrio a través de su gambeta y la posibilidad de dejar a uno o varios rivales por el camino en diferentes sectores del campo de juego.

David Trezeguet, que volvía a ser titular después de 11 partidos (su última vez desde el arranque había sido también ante B*ca, en el encuentro del Torneo Inicial) desperdició una clara chance de gol. Falto de confianza, intentó arrancarle la cabeza de un pelotazo a Orión, tras un buen contraataque que lo dejó mano a mano, pero su remate terminó en una tribuna del Mario Kempes. Justo él. David. El Rey David. El mejor definidor del plantel de River, desperdiciando una situación inmejorable. Una acción que demuestra que hasta los mejores delanteros, sin confianza, pueden traicionar sus raíces por los nervios y la ansiedad.

Sobre el final del primer tiempo, una mala sincronización de la defensa de River y una avivada de Juan Manuel Martínez, le permitió a Erviti recorrer 40 metros con la pelota en el campo de River para encontrarse con Barovero, que era su último escollo para quedar a solas con la red del arco Millonario. El ex Banfield llegó hasta la puerta del área, y con muchos nervios, intentó engañar al arquero y vencerlo de emboquillada. La pelota finalmente dio en la panza de Barovero, que la atenazó y se quedó con la última acción de riesgo del primer tiempo.

El segundo tiempo, lejos de continuar con la hiperactividad del primero, se estancó y se transformó en un juego de lucha y resistencia, por sobre uno de pausa, gambeta y toque. Allí, River vio perjudicada su idea de salir desde el fondo con la tenencia de la pelota y lastimar por los costados y la asociación por el medio. Con ese panorama, Ramón envió a la cancha a Leonardo Ponzio, para ganar el centro del campo y poder armar juego desde aquel sector.

El posterior ingreso de Vangioni por Cirigliano, y por ende el cambio posicional de Rojas hacia el centro del campo, le entregó a River mayor tenencia de pelota y por ende mayor peligro para el arco rival.

Justamente Vangioni intentó desplazarse por izquierda para recibir la pelota de Ariel Rojas. Sin embargo, la pegajosa marca de Ribair Rodríguez invitó al ex Godoy Cruz a enviar un centro en búsqueda de Trezeguet. El franco-argentino quedó sólo y cabeceó potentemente hacia el arco Xeneize. Agustín Orión evitó el gol con una mano, pero no pudo hacerse con la pelota, y el rebote le quedo al gran David que, -ahora sí- como buen definidor, espero a que Orión abriese las piernas por la desesperación y remató suavemente a gol para concretar la victoria riverplatense.

La ventaja fue definitiva. River pudo liquidarlo con alguna jugada de Ponzio en asociación con Lanzini, o con las gambetas de Mora. Sin embargo, el desgaste físico no permitió sentenciar la historia y B*ca quedó vivo hasta el final. Y justamente, llegando al epílogo, un mal cálculo de Vangioni para anticipar una pelota, hizo que Lautaro Acosta se escapara por el sector izquierdo de la defensa Millonaria.

Y es aquí, donde quien escribe realizará una breve y odiosa comparación para demostrar el cambio mental de éste River por sobre el anterior. En el Torneo Inicial, cuando River se imponía 2 a 1 en su cancha ante éste mismo rival, faltando un minuto Paredes tenía la pelota placenteramente en mitad de cancha ante la mirada lejana de Cirigliano por temor a ir a presionar y causar una falta que se transformase en centro al área. Si bien la situación fue diferente, ayer, Leonel Vangioni no dudó en derrocar a Lautaro Acosta sobre el costado del área Millonaria para evitar una situación manifiesta de gol. No pensó si el centro podría traer complicaciones. Quizás porque la jugada no se lo permitió. O –por ésta opción se inclina éste cronista- porque la confianza de cada uno de los jugadores hacia sus compañeros no está en duda, y cada uno actúa sabiendo que atrás lo van a respaldar.

El centro, fue rechazado. Y River, se quedó con la victoria. Una más. La segunda sobre tres partidos disputados ante B*ca. El dueño del verano. Sin dudas. Lo más importante: recuperando virtudes. Recuperando la identidad. Recuperando a Trezeguet. Recuperando el estilo. Recuperando a River. 

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