lunes, 10 de diciembre de 2012

Pudo ser peor

En el futuro, hay que acostumbrarse a festejar.

River cerró el primer torneo desde su retorno a Primera División. Con gusto a poco, se terminan valorando los, que en otro momento hubiesen sonado escasos, 29 puntos. El fantasma del descenso parece lejano, y la ilusión por ganar el Torneo Final de la mano de Ramón Díaz, muestra un panorama impensado a mitad del torneo. Pudo ser peor.

River igualaba con All Boys. 0 a 0, en Floresta. Desde el minuto 25 del segundo tiempo, la actitud del equipo pasó a ser la de uno que se conformaba con el punto obtenido en territorio albo. El mismo equipo, venía de un partido increíble con Boca, después de ir ganando 2-0 y terminar perdiendo 2-2. El futuro era oscuro. River no mostraba identidad, y los famosos “30 puntos” parecían lejanos.

River hoy se va de vacaciones. Quedó a un punto del mediocre objetivo de los 30, aunque hace 9 que no pierde. No muestra una identidad, pero si una ilusión. Otro carácter. Una idea diferente. River le ganó a San Martín con una lógica. Arriesgando a hacer lo que pocos hacen en nuestro fútbol. Con un pibe. Con un pibe que tiene un rendimiento irregular, pero cuando le tocan los picos altos marca la diferencia.

Dos imágenes diferentes. El pasado, el presente, pero sobre todo, la ilusión del futuro. Nadie sabe como terminará, pero todos sabrán que sucederá. River se intentará imponer, de verdad, en cada cancha del fútbol argentino. A través del toque corto, la presión y la ofensiva verdadera –laterales al ataque, enganche y dos volantes que ataquen más de lo que defienden-, intentará recuperar el respeto que muchos le perdieron.
¿Lo logrará? No lo sabemos. ¿De qué depende? Seguramente del factor mental. Aunque sin descuidar el futbolístico. La dirigencia deberá acompañar el proceso que intenta encabezar Ramón Díaz. Deberá hacer el esfuerzo necesario para traerle dos o tres nombres que ganen partidos. Un trabajo integral.

Desde la poca jerarquía de nuestro fútbol, es donde nos ilusionamos con un futuro próximo con éxitos. En caso de que la cosa no salga, en el peor de los casos River se encontrará en mitad de tabla, y oscilando entre los 25 y 30 puntos. Como ahora. El mismo resultado que un equipo que se preocupa más por el rival que por su trabajo, algo totalmente contradictorio a la historia.

Apuntemos al ADN, zafamos de una que pudo ser grave. Pudo ser peor. Hoy hay buen augurio. Con fe, observemos detalladamente, seamos críticos y estemos a la altura de nuestra historia. Dirigencial, y futbolísticamente. Para volver a ser, tenemos que retornar a las raíces. ¿Quién mejor para encabezar el retorno, que el único que tiene una pizca de similitud con Ángel Labruna? Bienvenido Ramón Díaz, acá tenes a los soldados de River Plate. En vos confiamos, para volver a ser. 

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