Torneo Inicial 2012 | Fecha 6
| Almeyda no encuentra la vuelta |
River recibió una paliza táctica y técnica en su visita a
Vélez Sarsfield, y terminó perdiendo 2 a 0, aunque podrían haber sido 5 en caso
de que Barovero, y la mala puntería de los delanteros rivales, no se hubiesen
hecho presentes.
River fue su antónimo. En comparación al encuentro ante
Newell’s, River fue eso. Un equipo totalmente diferente desde el punto de vista
psicológico, pero sobretodo desde el fútbol. Desde el campo de juego. River fue
una sombra. Sólo estuvo en partido durante los diez minutos previos al primer
gol de Vélez, cuando ya había zafado de unas cuantas.
Analizar el encuentro es fácil. River no hizo nada, y Vélez
hizo todo. Cirigliano se vio rodeado de adversarios en un mediocampo que tuvo a
Sánchez jugando de enganche, y dejando en el sector derecho un surco
impresionante, que era muy bien aprovechado por Papa y compañía.
El avance velezano por el sector izquierdo, hacía que Mora
retrocediera hasta la altura de Luciano Abecasis, perdiendo así su peso
ofensivo y cayendo en la intrascendencia de correr. Trezeguet nuevamente fue
abastecido a través del pelotazo, y la buena circulación que en el encuentro
pasado se vio en Ponzio, Rojas y Sánchez esta vez fue toda de Vélez.
Fueron 2, pudieron haber sido 5. Defensivamente River volvió
a demostrar todos sus defectos juntos, y no encontró nunca a los delanteros del
rival, que llegaban por todos lados. Así, Vélez hizo figura a Barovero, y jugó
los noventa minutos a gusto.
La jerarquía de ambos equipos quedó expuesta. Uno, con una
idea fija desde hace tiempo, dio una cátedra de fútbol a través de la posesión
de pelota, la presión y el desdoble de sus jugadores. El otro, demostró ser un
conjunto bipolar; cambiando la postura psicológica de un encuentro a otro, y
demostrando que partido tras partido el plan es diferente.
River deberá volver a ser el que fue ante Newell’s para no
sufrir desde los números, pero sobretodo, para poder sobrellevar el clima que
hay dentro del club. La gente, el socio, el hincha digno (y no aquel que hoy se
subió al alambrado por un manojo de billetes) está harto. Passarella, Almeyda y
sus respectivos equipos de trabajo, deberán desactivar una bomba que ellos
mismos activaron. ¿Cómo lo activaron? Tomando decisiones que, a lo largo del
tiempo, no son reflejadas de manera positiva ni en el campo de juego, ni en el
sector institucional.




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