River goleó a Arsenal en Sarandí, y se llevó tres puntos de
oro para la tranquilidad del grupo y sobretodo, para la continuidad del cuerpo
técnico. Leonardo Ponzio, Carlos Luna y Gabriel Funes Mori, en dos
oportunidades, fueron los autores de los goles riverplatenses.
No era el mejor partido de River, hasta que apareció el
mejor. Suena raro que uno utilice ese adjetivo calificativo para hacer mención
a Leonardo Ponzio, aunque vale aclarar que en los últimos encuentros del Millonario,
otorgarle el premio de “El mejor del partido” se ha hecho una costumbre.
El mediocampista, pícaro, cortó un pase de Arsenal en mitad
de cancha, aceleró, no se dejó caer ante el tirón de su camiseta, y sacó un
latigazo preciso que se le terminó metiendo a Campestrini sobre su palo
derecho.
Analizando en frio, si uno mira lo que fueron los minutos
previos al gol, River no ilusionaba. Como su planteo bien lo indicaba, pensó el
partido para lucharlo mas que para jugarlo. Y eso, se reflejaba en el campo de
juego. Sánchez con su ida y vuelta constante, sin bajar un cambio, le entregaba
vértigo a un equipo que necesitaba todo lo contrario. Necesitaba alguien que
pare la pelota, levante la cabeza y proponga jugar.
Los cuatro centrales, lograban que la salida de River por lo
bajo fuera nula, y la apuesta fuerte – y quizá única- era revolearle un
pelotazo a Rodrigo Mora que, incansable, corría y corría a todos los defensores
de Arsenal.
El ingreso de Affranchino en lugar de Sánchez en el entretiempo, y la ventaja
en el marcador, fueron dos condimentos perfectos para que River se relajara e
intentara jugar con la desesperación del local. Con la dicha, los espacios
aparecieron y el conjunto de Almeyda pudo cerrar el partido, golear y terminar
gustando.
Rápido para ver como el rival descuidaba el fondo, Almeyda
mandó a la cancha a Lanzini en lugar de Cirigliano para que jugara por
izquierda. Sin embargo, el 10 apenas se movió pegado a la raya, y terminó
jugando de enlace. Lo que permitió a River una claridad necesaria de mitad de
cancha hacia adelante.
Los goles de Luna, y Gabriel Funes Mori, que ingresó por el
contracturado “Chino”, le dieron a River
una ventaja quizá exagerada, pero merecida. La movilidad de Mora, las
diagonales de Luna y Funes Mori, el buen segundo tiempo de Aguirre, la pausa de
Affranchino y el todo de Ponzio, fueron los argumentos más importantes de un
equipo que necesitaba el triunfo como el aire.
El objetivo ahora será “hacernos fuertes en nuestra cancha,
donde necesitamos un triunfo” tal cual expresó Matías Almeyda cuando finalizó
el encuentro. Para ello, se viene una semana de tranquilidad, en donde River
deberá corregir errores y tomar certezas, para de una vez por todas, ser un
equipo regular y con buen juego.




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