River perdió con Racing tras nuevamente jugar mal, y sigue
sin encontrar el rumbo en el Torneo Inicial 2012. Si bien falta mucho, el equipo
se encuentra en puestos de descenso y los antiguos fantasmas sobrevuelan El
Monumental.
Cero ideas. Pocos argumentos. River es un equipo frio, que
tiene como único librito el desborde y su posterior centro. Lamentablemente, ni
eso hace bien. ¿Falta de trabajo? ¿Poca llegada del mensaje? ¿Falta de
jerarquía? Todo puede ser. Quizá, sea una conexión de todos estos motivos,
potenciados, que terminan dando como resultado una nueva decepción por parte de
los once que salen a la cancha, del entrenador que los prepara en la semana, y
de la dirigencia que arregla sus contratos.
De todo lo bueno que River hizo ante Newell’s, Almeyda no rescató
nada. Equivocó el camino ante Vélez, apostando por lo mismo sin tener a los
protagonistas idóneos para llevar a cabo el plan, y retrocedió ante Racing
cayendo nuevamente en la trampa del 4-4-2, el desborde pobre y el centro
mediocre.
Lo único positivo, fue la actuación de la defensa. Pezzella
y Bottinelli formaron, por primera vez en mucho tiempo, una zaga con voz de
mando. Se notó. Ambos resultaron impasables cuando formaron dupla central.
Claro, Racing intentó vulnerarlos solo en un par de oportunidades. Pero allí,
respondieron. Anticipando, mostrando firmeza, y cruzando cuando la pelota –y el
rival- se escapaban hacia Barovero. Diego Martínez, por su parte, se mostró
firme en el sector defensivo, aunque un tanto erróneo a la hora de pasar mitad
de cancha.
De mitad para adelante, hay poco para rescatar. Ponzio, amo
y señor del mediocampo, corre y recorre todos los sectores de este durante los
90 minutos. El ingreso de Facundo Affranchino, le dio un poco de oxígeno por el
sector derecho. Sin embargo, la ausencia de ideas a la hora de generar juego,
afecta a todos. Pero sobretodo a los de adelante.
Funes Mori, cuando no recibe la pelota, apuesta cual jugador
de rugby, a chocar a todo defensor rival que se le cruce, aunque esto no genere
un mayor peligro para el Millonario. ¿Y Trezeguet? Pobre Trezeguet. Lucha por
generarse las situaciones de gol, tras los ladrillos que le tiran sus
compañeros. Así y todo, es el jugador más peligroso de River.
Las únicas dos veces que el Millonario estuvo cerca de abrir
el marcador, fue gracias a su anticipo ofensivo. Primero de un centro a la
panza, que cabeceó cruzado y la pelota beso el palo. Y luego, tras un centro
raso que anticipó con un latigazo de derecha que también rozó el caño de
Racing.
¿Y Racing? Una sombra. Conforme con el puntito inteligente,
nunca se desesperó por ir a buscar el triunfo. Nobleza obliga, aprovechó
durante cinco minutos el “a todo o nada” riverplantense, y le bastó para
llevarse un triunfo del Monumental. Algo que hace aún más notorio el flojo
desarrollo de River.
Pasaron ocho jornadas, y son nueve los puntos que ha
conseguido éste proceso en Primera División. La tabla hoy, indica descenso. Y
en la cancha, lejos de mostrar un progreso, River se llena de dudas partido
tras partido. ¿Se puede dar vuelta? Passarella y Almeyda, confían que sí.
Desde acá, lo único que pedimos, es que la reacción no sea
tardía. A los fantasmas, mejor ahuyentarlos rápidamente, porque si todavía
rondan por Figueroa Alcorta y Udaondo cuando el final de la temporada esté
cerca, la presión puede ser terrible; y éste plantel, no ha demostrado su mejor
cara con ella en sus espaldas.




0 comentarios:
Publicar un comentario