lunes, 24 de septiembre de 2012

Pocos argumentos



River perdió con Racing tras nuevamente jugar mal, y sigue sin encontrar el rumbo en el Torneo Inicial 2012. Si bien falta mucho, el equipo se encuentra en puestos de descenso y los antiguos fantasmas sobrevuelan El Monumental.

Cero ideas. Pocos argumentos. River es un equipo frio, que tiene como único librito el desborde y su posterior centro. Lamentablemente, ni eso hace bien. ¿Falta de trabajo? ¿Poca llegada del mensaje? ¿Falta de jerarquía? Todo puede ser. Quizá, sea una conexión de todos estos motivos, potenciados, que terminan dando como resultado una nueva decepción por parte de los once que salen a la cancha, del entrenador que los prepara en la semana, y de la dirigencia que arregla sus contratos.

De todo lo bueno que River hizo ante Newell’s, Almeyda no rescató nada. Equivocó el camino ante Vélez, apostando por lo mismo sin tener a los protagonistas idóneos para llevar a cabo el plan, y retrocedió ante Racing cayendo nuevamente en la trampa del 4-4-2, el desborde pobre y el centro mediocre.

Lo único positivo, fue la actuación de la defensa. Pezzella y Bottinelli formaron, por primera vez en mucho tiempo, una zaga con voz de mando. Se notó. Ambos resultaron impasables cuando formaron dupla central. Claro, Racing intentó vulnerarlos solo en un par de oportunidades. Pero allí, respondieron. Anticipando, mostrando firmeza, y cruzando cuando la pelota –y el rival- se escapaban hacia Barovero. Diego Martínez, por su parte, se mostró firme en el sector defensivo, aunque un tanto erróneo a la hora de pasar mitad de cancha.

De mitad para adelante, hay poco para rescatar. Ponzio, amo y señor del mediocampo, corre y recorre todos los sectores de este durante los 90 minutos. El ingreso de Facundo Affranchino, le dio un poco de oxígeno por el sector derecho. Sin embargo, la ausencia de ideas a la hora de generar juego, afecta a todos. Pero sobretodo a los de adelante.

Funes Mori, cuando no recibe la pelota, apuesta cual jugador de rugby, a chocar a todo defensor rival que se le cruce, aunque esto no genere un mayor peligro para el Millonario. ¿Y Trezeguet? Pobre Trezeguet. Lucha por generarse las situaciones de gol, tras los ladrillos que le tiran sus compañeros. Así y todo, es el jugador más peligroso de River.

Las únicas dos veces que el Millonario estuvo cerca de abrir el marcador, fue gracias a su anticipo ofensivo. Primero de un centro a la panza, que cabeceó cruzado y la pelota beso el palo. Y luego, tras un centro raso que anticipó con un latigazo de derecha que también rozó el caño de Racing.

¿Y Racing? Una sombra. Conforme con el puntito inteligente, nunca se desesperó por ir a buscar el triunfo. Nobleza obliga, aprovechó durante cinco minutos el “a todo o nada” riverplantense, y le bastó para llevarse un triunfo del Monumental. Algo que hace aún más notorio el flojo desarrollo de River.

Pasaron ocho jornadas, y son nueve los puntos que ha conseguido éste proceso en Primera División. La tabla hoy, indica descenso. Y en la cancha, lejos de mostrar un progreso, River se llena de dudas partido tras partido. ¿Se puede dar vuelta? Passarella y Almeyda, confían que sí.

Desde acá, lo único que pedimos, es que la reacción no sea tardía. A los fantasmas, mejor ahuyentarlos rápidamente, porque si todavía rondan por Figueroa Alcorta y Udaondo cuando el final de la temporada esté cerca, la presión puede ser terrible; y éste plantel, no ha demostrado su mejor cara con ella en sus espaldas.  

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