El Mercado de Pases de River, analizado en Cultura
Riverplatense
Está llegando a su final. Le quedan un par de días de
vigencia. Un par de horas de rumores, de cambios y contradicciones, con
inventos y con posibilidades. Sonaron todos. Desde Totti y Guti, hasta Matías
Alustiza.
Se pueden armar dos equipos diferentes (o más) con jugadores
que fueron mencionados para jugar en River. Desde uno de galácticos, a uno que
tranquilamente pelearía un campeonato en Argentina, finalizando en uno que se
asemejaría más a un equipo de menores desafíos que a River Plate.
Saja; Demichelis, Lugano, Heinze; Guti, Mascherano, D’allessandro,
Formica; Del Piero, Totti y Trezeguet, cumpliría las bases y condiciones para formar parte del primer
equipo. Barovero; Mercado, López, Burdisso, Mas; Camoranesi, Cirigliano, Ponzio;
Formica; Teo Gutierrez y Trezeguet podría ser catalogado como el que
tranquilamente pelearía un campeonato en Argentina. Y, el de la pelea por abajo
nos lo reservamos por respeto.
Una vez que la luz de Abierto se apague en éste mercado,
River se encontrará con un panorama ambiguo. Habrá incorporado una buena
cantidad de jugadores -5, que pueden ser 7-, con buenos nombres aunque sin
rutilantes. Verá que tiene en su changuito imaginario a un gran arquero, un muy
buen lateral, un central que tuvo momentos de brillantez, un volante izquierdo
que jugó muy bien en Godoy Cruz aunque hay que verlo con la banda roja y un
delantero picante con gol, con pique y juego entre líneas.
Si uno hacía una listita antes de ir de compras, uno de los
sectores que primero se escribiría era la generación de juego. D’Allessandro,
Formica y Guti, por nombrar a algunos, fueron los mencionados como candidatos
para tomar el rol de creador. Luego haría lo propio con el arco: Vega y
Chichizola son dos arqueros que, en la actualidad, no son garantía de un equipo
que quiere pelear grandes cosas. La incorporación de Barovero jerarquiza al
equipo desde la valla propia. Pelea el primer puesto de “EL” refuerzo entre el
rubro arqueros junto a Oscar Ustari.
El sector defensivo, debía incorporar jerarquía sobre todo
por el lado izquierdo. Rojas y Bottinelli, hace un año, habrían sido
incorporaciones que ocuparían más de una tapa de diario. Hoy son una incógnita.
Un mal año, lo tiene cualquiera es cierto, pero es un mal año. Si cambian la
tendencia, seguramente serán importantes para el equipo del Pelado Almeyda.
Y si quedaba tiempo, se fijaría en algún nombre importante
para la delantera, ya que cargar a los más jóvenes no es lo ideal. Este punto,
debería ser tatuado a fuego en la piel de todos los riverplatenses. Después de
aquel encuentro nefasto en Córdoba, debería estar prohibido por estatuto cargar
con el rol de salvadores a los juveniles que están haciendo sus primeras armas
en Primera.
De concretar las incorporaciones de Formica y Piatti, River
saldaría su cuenta pendiente en éste mercado. La creación. Tres de los cuatro
puntos planteados en anterioridad fueron apuntadas por la dirigencia. Barovero,
Bottinelli, Rojas y Mora se adecúan a lo pretendido. Piatti y Formica serían
los que tendrían el hilo conductor. Ya con éste panorama se destacaría más la
incorporación de Gabriel Mercado, que –aunque sólo se hayan jugado dos
partidos- por ahora demuestra una fortaleza defensiva que Abecasis no tiene por
edad y Vella no tiene por cuestiones de la vida.
De cerrarse todo sin la incorporación de estos dos
jugadores, es decir River a las 19:22 del 15 de Agosto, el mercado dejará una
sensación agridulce. Los defensores pueden ser muy buenos, pero si no tienen a
quien dársela en el medio, su trabajo se vuelve opaco. Los delanteros pueden
tener muchísima calidad, como Trezeguet, pero si nos les llega una redonda es difícil
que marquen goles.
Nadie pone en duda las cualidades de Ponzio y Cirigliano,
pero sus características priorizan el quite y luego la distribución.
Distribución no es lo mismo que generación. Cirigliano puede hacer dos o tres
pases en cortada por partido, pero no puede cargarse de la responsabilidad de
ser el eje de la Primera de River. Sánchez, Rojas, Affranchino son extremos. Y
recaer sobre Manuel Lanzini y Juan Cazares para una responsabilidad extrema ya
debería ser una opción aniquilada desde el estatuto como ya dijimos.
Ambos juveniles tienen un futuro inmenso, pero caerles con
la presión de manejar un equipo ambicioso todavía no es lo indicado. River, por
tradición, debe atacar los noventa minutos en cualquier estadio. Manejar los
hilos de la Primera de River durante noventa minutos, requiere además de capacidad
y potencial, una mentalidad especial. Un pensamiento que se adquiere con
experiencia.
Lanzini y Cazares, como Villalva o el mismo Funes Mori
citando la faceta ofensiva, y Pezzella, Pirez, Ramiro Funes, Abecasis y
Chichizola mirando hacia atrás. Hasta el propio Cirigliano. Todos deberían ser
considerados “reparto” y no “principales” si citamos el guion de una película. Acompañar
el crecimiento de un equipo, refuerza la experiencia y el conocimiento. Si uno
mira hacia el rumbo histórico moderno, los D’Allessandro, Aimar, Gallardo,
Ortega, Saviola, y decenas más iniciaron su carrera como complemento de grandes
figuras precedentes.
River se va de un mercado con dobles sensaciones. Tranquilo
con lo que tiene, pero sabiendo que puede necesitar más. El destino, el cuerpo
técnico y los jugadores terminarán de darle destino a éste barco, que por ahora
es incierto.
Rex Alemán.





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