Si bien dominó en Victoria, River no pudo obtener un triunfo
ante Tigre que lo catapultase al lote de los de arriba en el Torneo Final. Un
magro 0-0 con pocas chances de gol, apaga un poco la llama de la ilusión que se
había despertado en todos los riverplatenses. Después del encuentro, el DT
Ramón Díaz comentó que la clave fue “la falta de profundidad. Debemos mejorar
en eso”.
El triunfo ante San Lorenzo, con el buen juego desplegado,
había despertado la ilusión del pueblo Millonario que, observador de un torneo
mediocre, creía que su equipo tenía con qué dar un golpe sobre la mesa.
Ratificarlo ante Tigre, tras una jornada en donde –a excepción de San Lorenzo-
ninguno de los ‘de arriba’ había podido vencer, era innegociable.
River salió en Victoria a ser protagonista. Con la misma
fórmula que ante San Lorenzo, salió a dominar a un rival que desde el vamos se
sintió inferior y se replegó con mucha gente atrás. Los primeros cinco minutos
del Millonario, parecían buenos. Cuidado de pelota, la intención de romper por
la banda, y algunos de esos toqueteos rápidos y de primera entre Lanzini, Rojas
y Ledesma. Sin embargo, no había oportunidades netas de gol.
Este escenario, se desarrolló a lo largo del partido. A
veces, con un River más cómodo, otras con un Tigre más duro y metedor. La
tenencia de balón, fue claramente favorable para los de Ramón Díaz. Pero como
sucedió en aquellos primeros cinco minutos, el visitante careció de imaginación
para llegar con daño al área rival.
Tuvo situaciones, es cierto. En el primer tiempo con una escalada
de Carbonero por derecha, que derivó en un centro atrás para Cavenaghi. El 9
remató, se topó con Javier García que dio rebote, y la pelota quedó en los pies
de Manuel Lanzini. El 10 pateó al bulto. Al arco, pero al bulto. Y entre el
tumulto de piernas, se encontró con Juan Menseguez quién paradójicamente evitó
el gol de River cuando parecía que García estaba vencido.
En el segundo, con un Tigre totalmente tirado atrás, el
Millonario volvió a mostrar buena tenencia de pelota, aunque sin profundidad.
Las mayores aproximaciones se dieron por remates de larga distancia, como el
que García le sacó a Vangioni cuando promediaba el complemento. Sólo una clara,
llegó tras una jugada asociada. River tuvo paciencia, movió la pelota de
derecha a izquierda y aprovechó la dupla que amagaron a conformar Vangioni y
Ferreyra. El Malevo envió un centro
atrás que conectó Lanzini de primera, y la pelota se fue cerca del primer palo.
No quedó mucho para rescatar del encuentro de ayer. Quizá,
el poco riesgo que corrió el arco de Barovero, aunque tampoco es demasiado
importante si tenemos en cuenta el planteo del rival. Será cuestión de dar
rápido la vuelta de página, y centrarse en Arsenal. Pelear el torneo y ganarlo,
no es imposible. Pero sin ganar de visitante, y con poco gol, se hará cada vez
más complicado.
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