River continúa con su pretemporada en un año repleto de desafíos.
Personales, colectivos pero sobre todo institucionales. La política estará en
el eje de la escena, aunque lo futbolístico será trascendental para Diciembre
2013. ¿Cuál es el objetivo deportivo de los de Ramón Díaz para lo que viene?
El 2013 no será un año más en la historia de River. No al
menos en lo previo. Seguramente tampoco lo será cuando, en vísperas de 2014 lo
estemos analizando. Elecciones presidenciales, el regreso del entrenador más
ganador del club, refuerzos que intentan apuntar un poco más alto de la media
de los últimos años. Todo, absolutamente todo, será un condimento más para un
año cargadísimo de objetivos.
Ramón 2013. Sí.
Tranquilamente, el Ramón 2013 podría
ser un eslogan ideal para alguna campaña política. Sin embargo, en este espacio
de Cultura Riverplatense, no se tocarán cuestiones relacionadas al ámbito
exclusivo de la institucionalidad sino más bien, desarrollaremos los objetivos
del equipo de Ramón.
Tras un año inédito, en donde los resultados indican éxito
aunque las sensaciones son del dulce más amargo, River intentará volver a los
primeros planos de nuestro fútbol de manera determinante. La vuelta de Ramón
Díaz, indica exigencia. River + Ramón = Campeón, era la ecuación hace un
tiempo. El Riojano vuelve para demostrar que la matemática es siempre la misma,
y que no varía según el tiempo.
Más allá de las ilusiones que genera el nombre Ramón Díaz,
el conjunto riverplatense deberá buscar una identidad acorde a su historia. La fórmula
del equipo rápido a través del pelotazo que se pregonaba el campeonato pasado,
le dejará lugar (o debería dejarle lugar) a un equipo con paciencia, pausa y
verticalidad. Mezclar las tres ideas es, a priori, difícil. Sin embargo,
obteniendo las tres pautas River se transformará automáticamente en un equipo.
En más de una declaración, Ramón Díaz ha asegurado que su
equipo intentará asemejarse a la historia riverplatense. Tenencia de pelota,
presión alta cuando la posesión es del contrario, desborde, juego asociado y la
subida de los laterales para llegar por sorpresa. Todas diferentes pautas que
se deberán incorporar en la pretemporada.
La llegada de Vangioni otorga la misma salida por izquierda,
que la que se obtiene con Sánchez por derecha. Así, el panorama plantea grandes
chances para que el esquema definitivo sea el 3-4-1-2, por los pocos centrales
disponibles y la presencia de dos carrileros en el plantel. Sin embargo, el
famoso “1” –el mismo que Almeyda declaró no encontrar en el Torneo Inicial-
será determinante.
Ramón insiste por Jonathan Fabbro. “Tiene todo. Pegada, pase
gol, gambeta, pausa. Es el mejor de Paraguay, es ideal para lo que pretendo”
declara el Pelado una y otra vez. La dirigencia, sin embargo busca otras
variantes (link “Ricky Alvarez”). Mientras tanto, los socios esperamos. La
llegada de un enganche de jerarquía será vital para saber dónde está parado
River en la actualidad.
En el plano ofensivo, la llegada de Juan Iturbe le entregará
al Millonario una variante más que interesante. Ya sea para hacer dupla con
Mora, para reemplazarlo y hasta para generar un tridente con el uruguayo y
David Trezeguet. Sin dudas, todas alternativas que ilusionan al hincha de
River.
Los juveniles son la exposición de una idea a futuro. Por
eso mismo, Ramón no lleva pocos chicos a Tandil de pretemporada. A la consolidación
a la fuerza que se les planteó a los Funes Mori, Cirigliano, Lanzini,
Affranchino, Pirez, Pezzella, Villalva y Diego Martínez, por citar algunos
casos; se les suma la presencia de nuevos chicos como Augusto Solari, Federico
Andrada, Juan Cazares, Sebastián Silguero, Gaspar Servio, o Esteban Espindola.
Hablar de futuro en el fútbol argentino es improvisado, pero
no imposible. Ramón sabe que, de no mediar nada raro, ningún dirigente que se
presente en las próximas elecciones desistirá de sus servicios en el primer año
de gestión. Lo tiene claro. Como también tiene claro que la refundación
riverplatense se puede dar a través de “los pibes”. Es por eso que el
entrenador insiste con refuerzos de calidad, pero también personalidad. Por eso
insiste más con Fabbro (30 años) que por Ricky Álvarez (24 años). Por eso pidió
la continuidad de Ledesma y Acevedo, en vez de exponer a Kranevitter.
Será cuestión de ver lo que sucede en 2013 para hablar de
futuro verdadero en la institución. Lo que es seguro, es que con Ramón Díaz
volvió la exigencia ganadora. ¿Alcanzará? Nadie lo sabe, pero un cambio de mentalidad
era necesario. Un título en 2013, puede ser el comienzo de una gran era. Ramón
quiere ser el refundador. ¿Podrá?
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