15 de Octubre de 1977. En Ruán, un pueblito al Norte de
Francia, nacía un muchacho llamado David Sergio, de apellido Trezeguet. 21 años
después, un Trezeguet ya jugador profesional de fútbol, consiguió el único
campeonato mundial para su país. Hoy, con 35 años, se saca el gusto de jugar
con la camiseta de River, y la espina de haber dado una mano (por no decir una
zurda…) para volver a Primera. Desde Cultura Riverplatense, un pequeño homenaje
para David en su día.
| El inicio de un eterno gracias. |
Seguramente, cuando correteaba atrás de la pelota en sus
primeros años de vida y soñaba con vestir la banda roja, imaginaba un contexto
diferente al actual. El Monumental estallando al grito de “Olé, olé, olé,
David, David”, era fija en aquella fantasía. Sus goles para otorgarle un nuevo
título a River, también. Sin embargo, con lo que no contaba esa ilusión era que
el certamen que el Millonario festejaría gracias a él, era el Torneo Nacional
B.
Trezeguet salió de su infancia repleta de sueños, para
retornar al país natal de sus padres, debutar en Platense y comenzar una
carrera que acumularía prestigio y calidad año tras año. Un Mundial con la
Selección de Francia, Scudettos en la Juventus, títulos en el Mónaco. Todo
brillante. Era el momento de relajarse. Un equipo menor de la Primera División
Española, y los petrodólares de Dubai, parecían ser el contexto perfecto para
redondear su trayectoria.
Pero River pudo más. Un descenso inesperado, y una dura
primera rueda del Torneo Nacional que lo mostraba segundo, invitaron a
Trezeguet a querer cumplir –de una vez por todas- el sueño de ponerse la banda
roja. Llenó el Monumental, y la gente estalló más de una vez gritando su nombre
en forma de agradecimiento. Todo tal cual lo había soñado, pero en una trama
diferente.
| El gol que cambió la historia y devolvió la vida |
Poco le importó. La sonrisa de oreja a oreja, y la
relajación que el “Rey” David mostraba aquel 23 de Junio de éste 2012, manifestaban
la satisfacción de un tipo que podía asegurar que su meta estaba cumplida. Por
más de que la Primera División lo llenara de ilusión para poder ponerle el moño
a aquel sueño infantil, en su profundo interior el placer que indica el cartel
de “objetivo cumplido” tras conseguir el ascenso con dos goles suyos, se hacía
presente.
El hincha de River le agradece. Su calidad, que no entiende
de edad ni de estado físico, se desparrama por todas las canchas del fútbol
argentino, y le muestra –de a ratos- a los jóvenes que crecieron con el overol
como vestimenta, que lo de Galera y Bastón no era verso. Emociona a los abuelos,
que ven en alguna de sus definiciones y sus pases de primera, el reflejo del famoso
River. Sorprende a los más jóvenes, que ya estaban liquidando la esperanza de
ver la tradición riverplatense sobre el verde césped. Ilusiona a los niños,
para volver a ser lo que fuimos.
| La boca llena de gol, como siempre. |
Seguramente no será Trezeguet el que levante la próxima Copa
Libertadores del club. Quizá, ni siquiera gane un campeonato en Primera
División. Pero de lo que si tiene que estar seguro el hincha de River, es que
si el Millonario vuelve a ser lo que fue, en el corto plazo; mucho tendrá que
ver éste muchacho. Es que fue él, quien agarró uno por uno a los jugadores más
jóvenes del club (criados entre fracasos deportivos) y les lavó la cabeza para
hacerles entender que River es otra cosa.
Fue Trezeguet, el que agarró a los Ciriglianos, Villalvas,
Lanzinis, Abecasis, Martínez, y demás, para llevarlos al Museo del club y mostrarles
que lo que cuentan los más experimentados, no fue cuento. Es Trezeguet, el que
de a poco, le cambia la mentalidad a un club entero.
Hoy, 15 de octubre de 2012, éste Rey sin corona festeja su
primer año vestido de rojiblanco. El número 35 de una vida plagada de éxitos.
Seguramente, uno de los más especiales. Y entre sus deseos, el que River vuelva
a ser lo que fue, estará más presente que nunca.
Desde acá, nada más que un ¡¡MUCHAS GRACIAS, DAVID; QUE
TENGAS UN MUY FELIZ CUMPLEAÑOS!! En la lucha del resurgir, los hinchas somos
fieles soldados de nuestro capitán.





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