El Dorado de las Indias. Ese susurro que gobernaba los oídos de los conquistadores españoles, deseosos de dar con la soñada ciudad dorada. Ubicado en los confines de las Américas, allí por donde soplan los vientos colombianos, venezolanos, brasileros, y granados, fue desvelo y ambición de los colonizadores. Allí, donde nadie se atrevía, allí, donde ni las aves llegaban, se aventuraban los avarientos hombres en busca del mito reluciente.
En sus oídos venteaba aquella leyenda que hablaba del
cacique embebido en barro y polvo de oro. De allí a la exacerbación integral de
la imaginación, hubo un paso. La codicia les hizo ver calles de oro, templos de
oro, paredes de oro y todo lo que el hombre necesitaba, forjado en el valioso
metal. A pesar del ingente esfuerzo humano, el siglo XVI transcurrió sin que el
Dorado haya sido hallado.
Hubieron de transcurrir tres siglos y medio para que el
mundo vuelva hablar de el Dorado. El valor del caro metal se corporizó en la
figura de los ídolos de un club argentino que cambió una época y un fútbol
doméstico, el colombiano, dotándolo de una relevancia tal, que sus logros
fueron conocidos en los lugares más remotos del orbe. Y tratándose de fútbol
exquisito, de fútbol lujoso, de fútbol vistoso no podríamos hacer referencia
más que al Club Atlético River Plate.
En épocas de luchas y conquistas laborales, el fútbol
argentino se levantó contra el General Juan Domingo Perón exigiendo la aplicación de un salario mínimo
como retribución justa de su trabajo. Al mismo tiempo (corría el año 1948) el
fútbol colombiano sufría el revés institucional más potente de toda su
historia, la desafiliación de FIFA.
Ni lerdos ni perezosos, conociendo la traumática situación
del fútbol argentino, los dirigentes del pueblo hermano tientan a nuestros jugadores
con salarios exorbitantes y libertades con la que no contaban en nuestro
fútbol. Bajo el ala del maestro Adolfo Pedernera, en aquel entonces, ídolo
indiscutido de toda la Argentina y uno de los mejores jugadores del mundo,
comienza una migración de cracks de River Plate primero y del resto de los
clubes después, dando comienzo al mito futbolístico denominado "el
Dorado", en recuerdo a aquella ciudad construida en oro, producto de la
fantasía y la codicia del reino español.
Pedernera primero, Pipo Rossi y Di Stefano después fueron
los primeros dijes preciosos de aquella tiara de jugadores inmensos que dieron
un nuevo nombre e imagen al fútbol de Colombia. Millonarios de Bogotá (nombre
apropiado si lo hay) fue el destino de estos grandes, quienes conformaron el
mítico equipo denominado "el ballet azul" ganador de cuatro títulos
(49, 51, 52 y 53) y caracterizado por romper con todos los récords vigentes
(aún no superados).
Esta es la resumida historia de El Dorado colombiano. Una
leyenda en los anales del fútbol mundial, que culmina con la migración de
Alfredo Di Stefano hacia su propio reino. El Real Madrid. Tenemos el alto honor
de haber protagonizado y encarnado esa leyenda, nacida bajo el GEN de nuestro
amado club, la Casa Blanca del fútbol, el más grande de América, el glorioso
Club Atlético River Plate.
Autor: "El Profe" (@Profe_k)
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